El encuentro del Torneo Clausura entre Atlético Nacional y Junior fue interrumpido por disturbios violentos que dejaron varios heridos.

El partido que enfrentaba al Atlético Nacional de Medellín contra el Junior de Barranquilla, correspondiente a la décima jornada del Torneo Clausura de fútbol de Colombia, terminó abruptamente el pasado jueves en el estadio Atanasio Girardot, dejando una estela de caos y violencia entre los aficionados.

La situación se tornó insostenible apenas a los ocho minutos del segundo tiempo, cuando el marcador reflejaba un 2-0 favorable al equipo local.

La altercación se desató tras un gol anotado por Marino Hinestroza, lo que provocó una feroz pelea entre los seguidores de ambos clubes.

A pesar de los esfuerzos de los futbolistas para calmar a las masas, la tensión escaló rápidamente y el árbitro, Norberto Ararat, se vio obligado a suspender el encuentro ante la grave falta de condiciones de seguridad.

Conforme los jugadores se dirigían a los vestuarios, los disturbios aumentaron en las gradas.

Los hinchas del Junior, que se ubicaban en la sección occidental inferior del estadio, comenzaron a agredirse con los simpatizantes del Atlético Nacional.

La situación se tornó crítica cuando un grupo de aficionados derribó el vallado que separaba a ambos bandos, desatando un caos que incluyó peleas con armas blancas y una respuesta policial desesperada.

A medida que el ambiente se convertía en un verdadero campo de batalla, la Policía realizó disparos de gases lacrimógenos para intentar controlar la situación.

La evacuación del estadio fue un proceso desorganizado y caótico, ya que las puertas de salida estaban completamente congestionadas.

Al final, se reportaron 21 heridos, incluidos un agente de seguridad y varios aficionados, quienes fueron atendidos en diferentes centros médicos de la ciudad.

Este tipo de incidentes no son nuevos en el fútbol colombiano, ya que en el pasado también se han registrado hechos de violencia que han perjudicado gravemente el espectáculo y la seguridad en los estadios.

La Liga Dimayor emitió un comunicado donde rechazó “categóricamente” lo sucedido y pidió a los aficionados que disfruten del fútbol en un ambiente de paz y respeto.

El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, compartió actualizaciones sobre la situación a través de su cuenta de X, informando que los heridos estaban siendo atendidos y que la Policía estaba encargada de la evacuación segura del estadio.

La comunidad futbolística y los aficionados han mostrado su rechazo ante lo ocurrido, enfatizando la necesidad de construir una cultura de respeto y coexistencia en el deporte.

La violencia en los estadios es un asunto preocupante y recurrente que requiere la atención de las autoridades y de los clubes, que deben trabajar de manera conjunta para garantizar la seguridad de los hinchas y la integridad del juego.

Es imperativo que se tomen medidas drásticas y efectivas para prevenir que estos incidentes se repitan en el futuro.