El encuentro entre River Plate y Newell's dejó muchas expectativas sin cumplir. La falta de goles reflejó la lucha táctica entre ambos equipos.
La atmósfera en el Club Atlético River Plate ha cambiado notablemente desde la llegada de Marcelo Gallardo como director técnico.
El optimismo se siente en el aire, especialmente tras lograr clasificarse a los cuartos de final de la Copa Libertadores gracias a su reciente victoria sobre Talleres de Córdoba.
Sin embargo, el entusiasmo se desvaneció rápidamente cuando River se enfrentó a Newell's Old Boys en la Liga Profesional, donde el partido terminó sin goles (0-0).
A pesar de que River contaba con una buena racha, este resultado fue decepcionante.
El equipo de Gallardo encontró numerosas dificultades en el juego, acumulando ya tres empates consecutivos en el campeonato local.
Este partido fue especialmente relevante ya que Gallardo estaba en búsqueda de su victoria número 100 como entrenador del equipo.
El estilo de juego aún no ha logrado consolidarse completamente.
Los conceptos que el Muñeco intenta transmitir requieren más tiempo para ser perfeccionados.
En este sentido, aún está en proceso de instaurar una dinámica fluida dentro del campo, lo cual se hizo evidente en la escasez de llegadas de peligro a lo largo del encuentro.
De hecho, la primera oportunidad de River no llegó sino hasta el minuto 15, cuando Facundo Colidio disparó, aunque el remate no tuvo la dirección adecuada.
Tan solo diez minutos más tarde se presentó una jugada un poco más elaborada también iniciada por Colidio.
En un intento por reactivar el juego y buscar mayor efectividad, Gallardo optó por una formación más conservadora, planteando un esquema 4-1-4-1 que priorizaba la solidez defensiva.
Newell's, a pesar de estar ubicado en las últimas posiciones de la tabla y con una reciente eliminación en la Copa Argentina, mostró valentía al ir al Monumental sin complejos.
Lucharon por cada balón, aunque sus intentos en el ataque fueron escasos, lo que contribuyó a que el partido careciera de emoción.
La alineación de River fue casi la misma que había enfrentado a Talleres, con la inclusión de Colidio que regresaba de una lesión y Marcos Acuña, quien hizo su debut oficial.
Acuña, campeón del mundo, brilló en su primer encuentro con el equipo, mostrando una calidad que generó confianza entre los seguidores.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, el equipo se mostró inofensivo en su ataque, lo que llevó a Gallardo a realizar cambios en el segundo tiempo.
A pesar de la entrada de Echeverri y otros reemplazos estratégicos, el ritmo de juego no se mantuvo y River no pudo capitalizar sus oportunidades.
Newell's, cerrándose bien en defensa, logró llevarse un punto valioso de Núñez, significado crucial para ellos en términos de moral y clasificación en la tabla.
El enfrentamiento se transformó así en un duelo donde impregnar el juego con emotividad y creatividad fue complicado para ambos lados.
Con River Plate en busca de su identidad y Newell's defendiendo su posición en la liga, el empate pudo haber dejado más preguntas que respuestas para los entrenadores y aficionados que esperaban un espectáculo futbolístico.