Un repaso sobre la histórica final de fútbol olímpico en Atenas 2004, su impacto en la selección argentina y el futuro de los campeones.

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El 28 de agosto de 2004 será recordado como una fecha emblemática para el fútbol argentino.

En ese histórico sábado, la final del torneo de fútbol masculino de los Juegos Olímpicos de Atenas se llevaba a cabo en un inusual horario para el país, a las 10:00 de la mañana en Grecia, lo que significaba que en Argentina, el duelo comenzaba a las 4:00 de la madrugada.

A pesar de la hora, la pasión por el fútbol no se detuvo y los bares y boliches de todo el país se llenaron para poder disfrutar de este gran evento en pantallas gigantes, reviviendo la escena que había sido común durante el Mundial de Corea-Japón 2002.

El equipo capitaneado por Marcelo Bielsa llegaba como amplio favorito después de deslumbrar en los partidos previos: 6-0 a Serbia y Montenegro, 2-0 a Túnez, 1-0 a Australia, 4-0 a Costa Rica, y un contundente 3-0 a Italia en semifinales.

En la final, ante una multitud de 41.116 espectadores en el estadio Olímpico de Atenas, Argentina no decepcionó. Carlos Tévez, quien se convertiría en el héroe del encuentro, anotó el único gol de la victoria, marcando su octavo tanto en seis partidos durante ese torneo.

En medio de la euforia, Tévez proclamó que era el “momento más importante de su carrera”, vistiendo la camiseta número 10 en honor a su ídolo, Diego Maradona.

Este triunfo significó mucho más que una medalla; fue la primera vez que Argentina lograba oro en fútbol masculino después de 52 años.

Bielsa, con su estilo único y su mirada crítica, reflexionó sobre la singularidad de los Juegos Olímpicos, destacando su valor incomparable frente a la competencia del profesionalismo.

Sus palabras resaltaban la capacidad de este logro para movilizar la alegría y unidad del país.

Han pasado ya dos décadas desde aquella victoria y es interesante preguntarse qué ha sido de aquellos campeones.

En la portería, Germán Lux y Wilfredo Caballero guardaron el arco, manteniendo su portería invicta durante todo el torneo, un récord que perdura.


Caballero, quien tuvo el honor de retirar de la actividad recientemente, ha estado trabajando como asistente técnico en el Chelsea.

Roberto Ayala, quien fue el capitán al momento de la gloria, ahora forma parte del cuerpo técnico de Lionel Scaloni en la selección mayor.

Lotado de experiencia, Ayala sigue contribuyendo al desarrollo del fútbol argentino.

Otros jugadores como Fabricio Coloccini, que concluyó su carrera en 2021, han incursionado en la dirección técnica, mientras que Nicolás Burdisso se ha centrado en el ámbito dirigencial.

El futbolista Gabriel Heinze, que también fue parte de los mayores, ha prosperado como entrenador con diversas experiencias en equipos argentinos y enEstados Unidos.

Leandro Fernández, quien se unió al plantel poco antes de la final, actualmente gestiona varias sedes de un nuevo deporte que combina el fútbol y el pádel, innovando en la oferta deportiva en Argentina.

Carlos Tévez, que aclamado figura del torneo, ha tenido un recorrido exitoso tanto como jugador como entrenador, consolidándose en el panorama del fútbol argentino.

Su camino ha sido uno de los más destacados entre aquellos campeones.

Algunos, como Javier Saviola y Luciano Figueroa, han decidido retirarse en el extranjero, donde han dejado huella.

Por su parte, César Delgado se ha mantenido activo en el ámbito deportivo, gestionando un complejo de canchas y representando a futbolistas.

La victoria en Atenas no solo marcó un hito en la historia del fútbol argentino, sino que también creó un legado que aún perdura en el corazón de los aficionados y en la vida profesional de sus protagonistas.

Esta gloria olímpica sigue resonando, inspirando a futuras generaciones de futbolistas en Argentina.