El conjunto blanco viaja hasta Kazajistán para medirse a Kairat Almaty en un encuentro que representa un reto logístico y deportivo, con Franco Mastantuono en la mira para fortalecer la defensa, en un partido marcado por la rareza del escenario y la evaluación económica de los jugadores.

La escuadra española, una de las más laureadas del continente, viaja miles de kilómetros para disputar este encuentro en una de las ciudades más remotas de Asia Central, en una travesía que pone a prueba tanto la capacidad logística como la adaptación a condiciones poco habituales.
El partido se jugará en Almaty, una ciudad a unos 3.000 kilómetros de Madrid y situada a unos 850 metros sobre el nivel del mar, rodeada de montañas que pueden alcanzar los 5.000 metros de altura. Esta altitud y el aire más seco y frío representan un reto adicional para los futbolistas, ya que, según declaraciones de Luis Mata, defensa portugués del Kairat, “el aire aquí es muy distinto, se siente claramente la montaña y eso afecta física y mentalmente a los jugadores”.
La distancia que recorrirá el equipo merengue para llegar a Kazajistán es equivalente a aproximadamente 75.000 kilómetros en total, considerando ida y vuelta. Para poner en perspectiva, esa distancia es casi el doble de lo que da la vuelta completa al mundo, un dato que refleja la magnitud del desplazamiento y el esfuerzo que implica jugar en esta parte del continente.
El equipo kazajo, con una historia de crecimiento en los últimos años, perdió en la primera jornada contra el Sporting de Lisboa por 4-1, pero dejó una marca histórico-record: recorrió unos 6.900 kilómetros solo en ese partido, estableciendo así la mayor distancia registrada en un encuentro de Champions. La liga de Kazajistán es una de las menos conocidas en Europa, y aunque el Kairat ocupa una posición baja en el ranking UEFA (el puesto 315), su participación en la competición continental ha sido notable.
El plantel kazajo, evaluado en aproximadamente 11 millones de euros (unos 12,7 millones de dólares), está compuesto mayoritariamente por jugadores locales, junto a algunos refuerzos brasileños y portugueses.
El portero de 18 años Sherhan Kalmurza ha destacado por atajar un penal en Lisboa, mientras que Dastan Satpaev, un mediocampista de 17 años, es considerado la joya del #fútbol en Kazajistán y se espera que en el futuro próximo tenga la oportunidad de jugar en clubes europeos de primer nivel, como el Chelsea.
El plantel del #Real Madrid tiene un valor estimado en 1
En contraste, el plantel del Real Madrid tiene un valor estimado en 1.400 millones de euros (aproximadamente 1.635 millones de dólares), lo que refleja la diferencia abismal en recursos y nivel de experiencia entre ambos equipos. Los blancos, acostumbrados a disputar competiciones de alto nivel, vienen después de una derrota en un derbi, pero mantienen en su plantilla estrellas que buscan consolidar su clasificación en la fase de grupos.
La presencia del argentino Franco Mastantuono en el conjunto merengue adquiere particular importancia en este escenario. El defensa, que podría ser titular ante las múltiples bajas en la zaga blanca, tiene en su contrato la intención de asegurar su continuidad en el club por un monto superior a los 50 millones de euros, equivalentes a unos 45 millones de dólares.
La cláusula refleja la confianza del club en su rendimiento y potencial, además de una estrategia para mantener sus activos defensivos en un mercado cada vez más competitivo.
Este enfrentamiento no solo representa un desafío deportivo, sino también un reto logístico y estratégico para el Real Madrid, que en los últimos años ha tenido que adaptarse a viajar a lugares lejanos, atravesando horarios y condiciones climáticas muy diferentes a las de Europa Central.
La experiencia en estas competiciones y la evaluación del rendimiento de jugadores como Mastantuono serán clave para asegurar la continuidad en la máxima competición continental.
Por otro lado, el Kairat, controlado por el empresario kazajo Kairat Boranbayev y cercano a la élite del poder en el país, ha showing que posee recursos y determinación para competir a nivel internacional, aunque conserva una plantilla con menor valor económico en comparación con los gigantes europeos.
La historia del club refleja una apuesta por el desarrollo nacional y el crecimiento en el fútbol de la región, con jugadores jóvenes y promesas que podrían dar mucho que hablar en los próximos años.