El Gobierno argentino ha emitido un nuevo decreto que desafía a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en relación a la participación de clubes deportivos en competencias nacionales.

Este nuevo enfoque, formalizado en el Decreto 730/2024 y publicado recientemente en el Boletín Oficial, abre la puerta a que los clubes se conviertan en sociedades anónimas deportivas (SAD). Esto se produce a menos de un mes desde que el presidente de la AFA, Claudio 'Chiqui' Tapia, anunció que se rechazará la inclusión de estas entidades en los torneos locales.

El decreto establece que "no se podrá impedir, dificultar, privar o menoscabar cualquier derecho a una organización deportiva" debido a su forma jurídica; esto implica que tanto las asociaciones civiles como las SAD tienen el mismo derecho de participación, siempre que estén reconocidas por la ley.

"Las organizaciones que modifiquen su estructura jurídica tendrán derecho a mantener su participación en las competiciones en las que intervinieron previamente, bajo las mismas condiciones", señala el texto oficial del decreto.

Este cambio normativo es significativo, ya que permite que las SAD, cuyo objetivo es la práctica y desarrollo del deporte, se integren plenamente al Sistema Institucional del Deporte y la Actividad Física, en igualdad de condiciones con las asociaciones civiles.

El Gobierno ha fijado un plazo de un año para que la AFA y todas las federaciones deportivas se adapten a esta nueva legislación.

Históricamente, hasta la llegada de Javier Milei a la presidencia, los clubes solo podían organizarse principalmente como asociaciones civiles, según la Ley N° 20.655. Sin embargo, el Decreto de Necesidad y Urgencia N° 70/23, que fue promulgado en diciembre de 2023, ya había empezado a permitir que los clubes se constituyesen como SAD, lo que ha generado un debate intenso sobre el futuro del fútbol argentino.

Recientemente, el presidente Milei se pronunció sobre los 'curros' en la sede de la AFA, subrayando su deseo de crear un entorno más abierto que atraiga inversiones significativas.

El Gobierno estima que podrían ingresar entre 2.500 y 3.000 millones de dólares al deporte argentino, lo que podría transformar su economía y fomentar un crecimiento considerable en el mundo del fútbol.

La reacción de la AFA no se ha hecho esperar.

La institución ha dejado claro que, aunque no pueden prohibir que un club opte por convertirse en SAD, se amparan en la Constitución Nacional para evitar la participación de estas entidades en los torneos bajo su ala.

Actualmente, en la AFA solo se permiten asociaciones civiles, lo que plantea un gran conflicto con el nuevo enfoque del Gobierno.

Este choque entre el Gobierno y la AFA se está intensificando y no parece tener una solución a corto plazo.

Mientras unos abogan por la modernización y la inclusión de nuevos formatos jurídicos en el fútbol, otros defienden la tradición y el estatus quo, destacando la necesidad de preservar la esencia del deporte en Argentina.

Con cada parte defendiendo su perspectiva, el futuro del fútbol argentino continúa siendo incierto.