La Liga Profesional de Fútbol vivió momentos de tensión en Mendoza, donde enfrentamientos entre hinchas y la policía dejaron heridos y detenidos.
El pasado fin de semana, la jornada de fútbol en Mendoza se tornó violenta durante el empate sin goles entre Godoy Cruz y Vélez Sarsfield en el estadio Malvinas Argentinas.
Previo y durante el encuentro, se registraron graves incidentes en las afueras del recinto deportivo.
Según testigos, las calles se llenaron de enfrentamientos, corridas y una notable represión policial, que incluía el uso de balas de goma.
Se observaron a varios individuos cubriéndose el rostro con camisetas mientras lanzaban proyectiles contra las fuerzas del orden, que, por su parte, se movilizaban en motocicletas con dos agentes por cada vehículo.
Los disturbios que provocaron esta situación de caos, según la prensa local, tuvieron su origen en una nueva disputa interna dentro de la barra brava de Godoy Cruz.
En la tribuna principal, a pesar de la presencia de aficionados con banderas, la cantidad de público fue considerablemente menor a la habitual, reflejando un ambiente tenso y conflictivo.
Las consecuencias directas de estos incidentes llevaron a la detención de tres personas y a tres policías que resultaron heridos.
Hernán Amat, director general de Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Seguridad provincial, comentó en una entrevista: "No hubo represión policial, sino una respuesta proporcional para garantizar la seguridad de quienes estaban en el lugar y de los propios efectivos a los fines de restablecer el orden".
El conflicto se intensificó cuando un par de individuos intentaron acceder al estadio sin su documento de identidad.
Al ser rechazados por la policía, agredieron a los agentes, y en respuesta, un grupo de simpatizantes comenzó a lanzar piedras.
Ante esta situación, las autoridades decidieron cerrar temporalmente las puertas del estadio para contener el desorden.
Una vez restablecido el control, las puertas se reabrieron y los aficionados pudieron ingresar sin más inconvenientes.
No es la primera vez que los encuentros de fútbol en Mendoza se ven manchados por la violencia.
Este mismo año, un partido contra San Lorenzo tuvo que ser suspendido debido a serios altercados internos entre los hinchas, y el juego se completó varios meses después, evidenciando la creciente problemática que enfrenta el fútbol argentino en cuanto a la seguridad de los asistentes.
Desde hace años, estas situaciones han puesto sobre la mesa la necesidad de implementar medidas más efectivas para garantizar la seguridad tanto de los espectadores como de los jugadores y del cuerpo técnico.
LaLiga Profesional ha sido criticada por la forma en que maneja estas crisis, y muchos aficionados piden un cambio radical en el enfoque de la violencia en el fútbol argentino, que ha cobrado notoriedad no solo a nivel nacional, sino también en el ámbito internacional.