El fútbol, al igual que otras disciplinas, ha sido testigo de una proliferación de corrientes individuales en las últimas décadas.

Del cruyffismo al kloppismo, pasando por el bielsismo, han surgido diversos -ismos con fervientes seguidores y detractores.

Sin embargo, poco se ha hablado del ancelottismo.

Si se evalúan los méritos, no faltarían argumentos para defender esta corriente.

Carlo Ancelotti, quien este sábado buscará su tercera Champions League con el Real Madrid al enfrentarse al Borussia Dortmund en Wembley, no genera las mismas pasiones que otros técnicos, pero quizás en ello radique parte de su éxito.

El italiano, con una larga trayectoria como jugador y entrenador, ha sabido manejar planteles estelares a lo largo de los años.

La clave de Ancelotti parece residir en su tranquila y sencilla forma de ser, que le ha permitido conectar con las grandes estrellas del fútbol y mantener un ambiente armonioso en los vestuarios.

Jugadores como Karim Benzema, Gareth Bale, Sergio Ramos, Kaká y muchos otros han elogiado su capacidad para sacar lo mejor de ellos y su habilidad para gestionar grupos numerosos.

Ancelotti, a pesar de tener detractores y críticas en su contra, ha sabido encauzar su carrera con éxito.

Su reciente renovación con el Real Madrid demuestra la confianza que la dirigencia del club tiene en él, más allá de los resultados deportivos.

El italiano ha sabido gestionar la transición generacional en el equipo, apostando por jóvenes promesas y manteniendo la armonía en el grupo.

Con su hijo Davide como parte fundamental de su cuerpo técnico, Ancelotti se prepara para continuar su exitosa carrera en el fútbol.

El sábado, en la final de la Champions League, Ancelotti buscará añadir otro título a su impresionante currículum.

Su legado en el Real Madrid y en el fútbol en general es innegable, siendo uno de los entrenadores más exitosos de la historia.

El ancelottismo, a pesar de su discreción, ha dejado una marca imborrable en el deporte.

La normalidad convertida en arte, como diría uno de sus excompañeros, ha sido la clave del éxito de Carlo Ancelotti.