Un agónico gol en tiempo suplementario le dio la victoria a Barcelona sobre Real Madrid en la final de la Copa del Rey, consolidando su dominio en esta temporada.

La final de la Copa del Rey celebrada en Sevilla dejó otro emocionante capítulo en la rivalidad entre Barcelona y Real Madrid, dos gigantes del fútbol español.
En esta ocasión, el equipo catalán se alzó con el título tras vencer 3-2 a su eterno rival, gracias a un gol dramático en el tiempo suplementario.
El gol decisivo fue anotado por el defensor Jules Koundé, quien interceptó un pase erróneo de Luka Modric, un jugador conocido por su precisión. Koundé no dudó y, tras aprovechar el regalo del mediocampista croata, disparó desde fuera del área, desatando la celebración entre los aficionados culés.
Este triunfo no solo significa la conquista de la Copa del Rey, sino que además confirma la superioridad del FC Barcelona en los enfrentamientos directos con el Real Madrid durante esta temporada, habiendo ganado los tres partidos disputados hasta la fecha.
La victoria pone al Barcelona en un camino que podría llevarlo hacia el ansiado triplete, ya que también lidera la liga española y tiene en puerta la ida de semifinales de la UEFA Champions League contra el Inter de Milán.
El partido en Sevilla fue testigo de dos realidades distintas en el terreno de juego. Mientras que el Barcelona mostró seguridad y control, dominando la posesión con un 65% en la primera mitad, el Madrid optó por una táctica conservadora, organizándose defensivamente y esperando el momento propicio para el contragolpe.
Este enfoque le permitió al Barça sentirse cómodo en el campo, aunque al principio no lograron concretar muchas oportunidades claras de gol.
Un momento destacado del primer tiempo fue cuando el jugador Jude Bellingham dejó pasar un pase filtrado que podría haber cambiado el rumbo del partido.
La desatención del inglés le permitió a Pedri iniciar una rápida contra que culminó en el primer gol del encuentro.
Sinclair falla un penalti mientras Canadá empata con Nigeria en el partido inaugural de la Copa del Mundo Femenina
Christine Sinclair, la delantera del equipo de Canadá, falló un penalti en el empate 0-0 contra Nigeria en el primer partido de la Copa del Mundo Femenina. La arquera Chiamaka Nnadozie fue clave para el equipo nigeriano al detener el tiro desde el punto penal. A pesar del resultado, el grupo queda abierto para ambos equipos.En la segunda mitad, el drama se intensificó con la entrada de Kylian Mbappé, quien, recuperado de un esguince, dio nueva vida al Real Madrid. Fue un cambio que se reflejó rápidamente en el marcador: Mbappé empató con un tiro libre magistral y Tchouaméni puso el 2-1 a favor de los madridistas.
Este fue un claro síntoma del talento colectivo que el Madrid puede desplegar, a pesar de las dificultades en la primera parte.
Sin embargo, el espíritu del Barcelona no se dejó vencer. En un despliegue de juventud y determinación, volvieron a empatar a través de Ferrán Torres, enviando el partido a tiempo extra. El desenlace llegó con otra acción desafortunada para el Madrid, cuando el árbitro, Ricardo De Burgos Bengoetxea, sancionó un penal que fue finalmente revertido tras intervención del VAR, al igual que otras decisiones discutibles a lo largo del encuentro.
Finalmente, el destino del partido se selló con el gol de Koundé, que no solo llevó a Barcelona a levantar la Copa, sino que también dejó dubitaciones sobre el futuro de Carlo Ancelotti como entrenador del Madrid.
Se ha especulado con su posible salida ante un rendimiento que no ha estado a la altura de lo esperado por la afición.
Con esta victoria, el Barcelona alcanza su copa número 32, en una época que parece ser de renacimiento bajo el mando de Hansi Flick, quien busca llevar al equipo a obtener el triplete, algo que solo han logrado unos pocos en la historia del fútbol español.
A medida que avanza la temporada, el futuro pinta brillante para los culés, mientras el Real Madrid reflexiona sobre sus estrategias y el rumbo a seguir.