La selección argentina Sub-20 logró un importante triunfo en el Mundial de Chile, superando a México y alcanzando las semifinales después de 18 años. La victoria fue clave para mantener las esperanzas de conquistar el título, rememorando el último logro en Canadá 2007.

La última vez que #Argentina alcanzó esta fase fue en Canadá 2007, donde posteriormente se coronó campeona, un hito que todavía perdura en la memoria del #fútbol juvenil nacional.
La victoria contra México por 2-0 no solo fue un resultado, sino una muestra del carácter y la solidez que ha desarrollado el equipo dirigido por Diego Placente.
El encuentro, disputado en Santiago, fue una mezcla de estrategia inteligente y juego dinámico. Desde los primeros minutos, Argentina mostró su intención de dominar el ritmo, con una presencia firme en defensa y un ataque que buscaba abrir el marcador cuanto antes.
La apertura del marcador llegó temprano, en el minuto 7, gracias a un rebote que capturó Maher Carrizo, jugador del Bayer Leverkusen, quien con una rápida reacción aprovechó el rechazo del arquero mexicano Ochoa para poner a Argentina en ventaja.
Carrizo, que fue de los destacados en el torneo, emergió como una de las figuras del encuentro. Con su velocidad y capacidad de regate, generó constantes problemas a la defensa mexicana, aportando aire y entusiasmo al ataque argentino. Sin embargo, su participación en el partido también tuvo un costo, pues recibió una tarjeta amarilla que lo dejó fuera del próximo compromiso, la semifinal contra Colombia.
El equipo de Placente demostró ser versátil en su planteamiento táctico. Cambió de esquema varias veces durante el partido, adaptándose a las circunstancias. En defensa, implementó un sistema con cinco jugadores en línea en momentos clave, buscando mantener la solidez defensiva y evitar que México igualara el marcador.
La posesión también fue una estrategia secundaria; Argentina cedió la iniciativa en la posesión, con solo un 33%, pero controló el ritmo y el desarrollo del juego.
La segunda parte continuó con la misma intensidad. Juan Villalba, reemplazo de Pierani por lesión, se convirtió en una pieza clave al asistir en la jugada del segundo gol, que concretó Mateo Silvetti, defensor de Gimnasia, con un remate cruzado en el minuto 56.
Antes del gol, Silvetti también tuvo una participación defensiva destacada, sacando una pelota en la línea y evitando que México acortara distancias.
El arquero argentino, Barbi, fue otra de las figuras del encuentro, realizando una atajada espectacular en los minutos finales, que mantuvo la ventaja y evitó el descuento mexicano.
Además, el árbitro marroquí Jalal Jayed, que dirigió el partido, no dudó en revisar jugadas con el VAR y sancionó con tarjetas a jugadores que protagonizaron altercados en la cancha, generando un partido intenso y emocional.
Argentina celebró su clasificación a semifinales
Al final, Argentina celebró su clasificación a semifinales, un logro que mantiene vivas las esperanzas de volver a coronarse campeón del mundo en esta categoría, algo que no sucede desde su título en Canadá 2007.
Algunas casualidades deportivas añaden un aire de esperanza, ya que en 2007 también eliminó a México en cuartos de final y después disputó la final contra un equipo sudamericano.
El camino hacia la final parece other emocionante. Ahora, Argentina enfrentará a Colombia, un rival que eliminó a España en los cuartos, en una semifinal que promete ser tan disputada como la anterior.