El equipo de Seattle Sounders cayó en su primer partido del Mundial de Clubes frente a Botafogo en un estadio con gran acústica y ambiente familiar. El encuentro, disputado en el Lumen Field, mostró la pasión de los hinchas estadounidenses y la expectativa por el torneo internacional.
Este recinto, conocido por su peculiar acústica y diseño compacto, fue escenario de un partido que, aunque careció de un gran marco de público, tuvo un ambiente vibrante y lleno de expectativa.
El Lumen Field, ubicado en la ciudad de Seattle, es reconocido por su original estructura en forma de herradura y su capacidad total de aproximadamente 66,000 espectadores.
Aunque solo unas 30.151 personas asistieron en esta ocasión, la calidad del sonido y las expresiones de los hinchas se percibían con intensidad, transformando el estadio en un espacio donde cada grito y cántico parecía multiplicarse.
La cercanía de las butacas al campo y el diseño del techo, con materiales reflectantes, permiten que el sonido rebote de manera única, creando una atmósfera particularmente especial para quienes asisten.
Este estadio está principalmente diseñado para albergar la temporada de los Seattle Seahawks en la NFL, por lo que su ambiente y estructura están orientados a los partidos de fútbol americano.
Sin embargo, en esta ocasión, se adaptó para recibir a un evento de fútbol internacional, promoviendo un clima distintivamente familiar y festivo, con food trucks, bebidas tradicionales y un show que desde antes del inicio ya parecía una celebración.
El encuentro estuvo marcado por un arranque algo tímido en cuanto a intensidad, especialmente en el primer tiempo, pero con un ambiente que se iba animando a medida que avanzaban los minutos.
Los fanáticos de Seattle, que en promedio suelen llenar su estadio en partidos de MLS con alrededor de 32.000 espectadores, demostraron su pasión con cánticos y golpes en los redoblantes, en una experiencia que fue más que fútbol: fue un encuentro cultural.
Los hinchas de #Botafogo llegaron en menor cantidad
Por su parte, los hinchas de Botafogo llegaron en menor cantidad, pero con entusiasmo y con algunas vestimentas que rememoraban campeonatos históricos.
En especial, los brasileños se mostraron orgullosos de su presencia, recordando con alegría la final conquistada en el Estadio Monumental de Río de Janeiro, el 30 de noviembre del año pasado, cuando lograron su primera corona mundial tras vencer a Atlético Mineiro.
En el plano futbolístico, el partido culminó con una derrota para Seattle. El equipo local, que lleva en su historia la tradición de ser un punto de referencia en la liga estadounidense y con buena participación en la MLS, intentó diversas estrategias para igualar el marcador, pero se encontró con el sólido juego de Botafogo, que mostró por qué es considerado uno de los mejores clubes de Sudamérica.
Destacaron jugadores argentinos como Alex Barboza, quien fue figura del partido, y otros refuerzos sudamericanos que aportaron experiencia internacional.
El clima en Seattle refleja la tendencia de la ciudad, que combina modernidad con un fuerte sentido de comunidad. La presencia de familias y aficionados que han llegado desde diferentes partes del mundo, en especial desde Río de Janeiro, añade un matiz cosmopolita y multicultural.
Algunos llegaron incluso por entusiasmo, con disfraces y banderas en mano, mientras que otros simplemente disfrutaban del espectáculo y la convivencia.
Aunque la derrota fue un sabor amargo para los fans locales, la expectativa por lo que viene sigue vigente. La ilusión de que River Plate, el próximo equipo en competir en el torneo, pise también el mismo escenario genera adrenalina entre los seguidores del fútbol argentino y sudamericano.
Este primer partido en Seattle deja un sabor agridulce: un estadio con una acústica única y un ambiente que invita a la pasión, pero con una diferencia de público en comparación con otros eventos deportivos en la ciudad.
Sin embargo, la expectativa es que, en las próximas jornadas, el interés siga creciendo y el torneo sirva para fortalecer aún más los lazos entre las distintas culturas futbolísticas que participan.
