El futbolista de Gimnasia de Jujuy, Jeremías Perales, recibió una suspensión de seis meses tras provocar una lesión grave a un rival en un partido de la Primera Nacional. La sanción, basada en informes médicos y en el informe del árbitro, podrá ajustarse según la recuperación del jugador lesionado.

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En un hecho que ha conmocionado el fútbol de la Primera Nacional argentina, el Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ha impuesto una sanción de seis meses al futbolista Jeremías Perales, jugador de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

La medida se produjo después de una entrada que resultó en una grave lesión para el capitán del equipo rival, Nueva Chicago, durante el partido disputado en el estadio 23 de Agosto en San Salvador.

La sanción, que comienza a contar desde el 15 de mayo de 2025, refleja la gravedad del contacto y su consecuente lesión, que requirió atención médica especializada.

Según el informe oficial del Tribunal, la decisión está basada en la violación del artículo 13, inciso 1, apartado e) del Código Disciplinario, que regula el juego brusco grave con lesión.

El documento especifica que la sanción se ajustará en función del tiempo que tarde en recuperarse el futbolista afectado, Stéfano Callegari.

El parte médico presentado por Nueva Chicago detalla una lesión múltiple que incluye rotura ligamentaria, fractura distal de peroné y compromiso sindesmótico, lesiones que demandarán una larga rehabilitación.

La recuperación podría extenderse más allá de los seis meses inicialmente previstos si el jugador necesita un tiempo adicional para recuperarse completamente.

La institución de Jujuy, por su parte, tendrá la obligación de enviar informes periódicos sobre el estado de Callegari y comunicar oficialmente cuando reciba el alta médica.

La acción que provocó esta sanción ocurrió en los minutos finales del encuentro, en el que Nueva Chicago buscaba un empate tras ir perdiendo 2-1.

En un intento de salir jugando desde el fondo, Callegari recibió un cruce con excesiva violencia por parte de Perales, quien intentó quitarle la pelota con demasiada vehemencia.

El contacto, que fue claramente brusco y peligroso, dejó al defensor tendido en el césped con evidentes signos de dolor. El árbitro Fabricio Llobet no dudó y expulsó inmediatamente a Perales con tarjeta roja.

El incidente generó un pequeño tumulto en el campo, ya que los jugadores de Gimnasia de Jujuy protestaban y se preocupaban por el estado del capitán, cuya pierna quedó en una postura poco natural.

Los médicos de la institución local atendieron a Callegari en el lugar, mientras el entrenador Walter Perazzo se preparaba para realizar cambios para intentar igualar el marcador, que finalmente fue 2-1 a favor del local.

Este tipo de acciones, que ponen en riesgo la integridad física de los jugadores, han vuelto a abrir el debate en el fútbol argentino sobre la necesidad de aplicar sanciones ejemplares para desalentar el juego violento.

La defensa de Perales alegó que no hubo intención lesiva, y que el contacto fue desafortunado, además de destacar la buena conducta previa del jugador.

Sin embargo, la gravedad del daño ocasionado llevó a la imposición de la sanción de seis meses.

Desde el club de Jujuy, se informó que Perales podrá solicitar la revisión de la sanción si la recuperación de Callegari se produce en menor tiempo del previsto.

Además, Nueva Chicago deberá remitir informes mensuales oficiales a la AFA para justificar la evolución médica del lesionado.

Históricamente, este tipo de lesiones graves en el fútbol argentino han generado campañas para promover un juego más limpio y respetuoso. La última sanción de esta magnitud data de hace cinco años, cuando un jugador fue suspendido por provocar una fractura similar en un partido de la Primera División.

La intención del Tribunal de Disciplina ahora es enviar un mensaje claro a todos los protagonistas, promoviendo un juego más seguro y responsable.

El penal en sí no solo alteró el desarrollo del partido, sino que también tuvo repercusiones en la clasificación y en la planificación de ambos equipos, que deberán afrontar largos períodos sin su capitán lesionado y con la incertidumbre de cuánto tiempo tardará en recuperarse completamente.

La comunidad futbolística espera que este caso sirva como ejemplo para reducir intenciones peligrosas en futuras competencias.