Los seguidores argentinos en Montecarlo expresaron su alegría tras la actuación de Franco Colapinto en la Fórmula 1, generando una participación improvisada que llenó de entusiasmo las calles monegascas.

La ovación y las expresiones de apoyo de los aficionados argentinos en Montecarlo se consolidaron como un momento memorable tras la carrera de Franco Colapinto, quien logró mejorar su posición y consolidar su presencia en la máxima categoría del automovilismo.
El evento, inicialmente planeado para comenzar a las 12:30 en la Rue Grimaldi, cerca de la primera curva del circuito urbano de Montecarlo, fue marcado por una espontánea demostración de pasión por parte de los seguidores locales.
A pesar de que el banderazo de salida se retrasó y las condiciones del tiempo obligaron a cancelar algunos eventos previstos, la presencia de argentinos en las calles se hizo notar y terminó siendo protagonista.
Lo que parecía una reunión planificada para hacer sentir su apoyo a los pilotos nacionales, terminó convirtiéndose en una celebración improvisada.
Los hinchas argentinos, que tenían previsto un encuentro en la zona, se congregaron de forma espontánea después de la competencia. La carrera, que tuvo un final positivo para Colapinto, fue un motivo de alegría, pues el joven piloto completó la carrera en el puesto 13 tras salir en la posición 18, en una competición reñida llena de obstáculos.
El ambiente entre los argentinos en Montecarlo reflejaba un fervor que llevó a muchas personas a olvidarse del protocolo y las formalidades habituales en el circuito.
La multitud cantaba, saltaba y agitaba banderas y camisetas con el número 10 de Lionel Messi, símbolo de la pasión futbolística argentina que se traslada a otras disciplinas.
Una canción popular que decía '¡Qué de la mano de Colapinto, todos la vuelta vamos a dar!' resonaba en todas partes.
Los asistentes participaron en la fotografía masiva con sus teléfonos móviles, en señal de orgullo y felicidad por el desempeño de su compatriota.
Mientras esto sucedía, en las tribunas, los organizadores y personal de limpieza procedían a desmontar las instalaciones, dejando las gradas en buenas condiciones.
La policía también cumplió con su labor, ayudando a ordenar la multitud y guiando a los espectadores hacia las estaciones de tren de Niza y Mentón para facilitar su desplazamiento.
El Fan Zone de la carrera continuó con espectáculos y actividades hasta entrada la noche, manteniendo vivo el espíritu de celebración. La circulación vial se normalizó alrededor de las 19:30, permitiendo que las calles en el centro del circuito volvieran a su ritmo habitual, en medio de la tranquilidad que dejó Norris en su enfrentamiento con Leclerc y Verstappen, mientras Colapinto acumulaba experiencia en su segunda participación en la Fórmula 1.
Este episodio en Montecarlo refleja la pasión de los argentinos por el deporte, que siempre encuentra la manera de manifestarse incluso en los escenarios más elegantes y sofisticados como el Principado, y deja en evidencia la fuerte identidad que sienten con sus deportistas en distintas disciplinas deportivas.