Franco Colapinto, joven piloto argentino de Fórmula 1, es homenajeado en la exhibición 'F1 The Exhibition' en Buenos Aires, donde su trayectoria y logros son celebrados junto a leyendas del automovilismo.

La ciudad de Buenos Aires se ha convertido en el epicentro del automovilismo sudamericano al ser la primera ciudad de la región en albergar la exhibición mundial de Fórmula 1, un evento esperado por muchos.
En este contexto, el joven piloto argentino Franco Colapinto, integrante de la Academia Williams, ha tenido la oportunidad de brillar tras su reciente debut en el equipo británico de F1.
Su participación en las últimas nueve carreras de la temporada 2024 ha sido motivo de celebración y orgullo para su familia y seguidores.
Franco, que tan solo tiene 21 años, ha logrado hacerse un espacio en la memoria colectiva del automovilismo argentino, donde su nombre es mencionado al lado de grandes como Juan Manuel Fangio y Carlos Reutemann.
Su padre, Aníbal Colapinto, se mostró emocionado al ver su legado reflejado en dos vitrinas de exhibición en La Rural, una de las cuales muestra el mono blanco que su hijo utilizó en 2023, mientras que la otra tiene un enfoque en sus inicios como piloto, incluyendo los trofeos que ganó en el campeonato argentino de karting en 2016 y 2018.
Aníbal, a pesar de no buscar la fama que le ha traído ser el padre de Franco, expresó su orgullo en una entrevista: “Que una exhibición de Fórmula 1 esté aquí en Buenos Aires y que haya un lugar para Franco dentro del Museo de Fangio, eso me llena de felicidad”.
Además, subrayó que, aunque no puede predecir el futuro de su hijo en la Fórmula 1, siente que su presencia ha cambiado la percepción del deporte en el país.
Recientemente, Flavio Briatore, exdirector del equipo Renault, comentó que sería solo cuestión de tiempo para que Colapinto se asiente en la parrilla de la F1, un comentario que se produce en medio de los rumores sobre su posible ascenso al equipo Alpino, reemplazando a Jack Doohan.
En su primera carrera el 1 de septiembre en el Gran Premio de Italia, Franco sorprendió a muchos con su enfoque auténtico y su capacidad de conectar con el público, algo que se ha vuelto raro en el mundo cada vez más automatizado de la Fórmula 1.
Su camino al estrellato ha sido acompañado de las enseñanzas de su padre, quien afirmó que dejó que su hijo volara solo a los 14 años: “Ahora ya se maneja solo, está bien, ha salido un chico excepcional, no solo como deportista, sino también como persona”.
Mientras tanto, la familia Colapinto también ha estado activa en acciones solidarias. Aníbal, originario de Bahía Blanca, ha realizado un gran esfuerzo para llevar donaciones a su ciudad natal, que ha sido golpeada por desastres naturales.
Junto a amigos, logró llenar un camión con ayuda, demostrando una generosidad que ha sido característica del pueblo argentino: “En Bahía Blanca la gente lo está pasando muy mal.
Es increíble ver cómo todos se unen para colaborar, desde los que tienen poco hasta los que pueden dar más”.
En definitiva, el nombre de Franco Colapinto se afianza en la historia del automovilismo al compaginar su carrera profesional con un fuerte compromiso social, reafirmando no solo su talento en la pista, sino también su humanidad fuera de ella.