Fauja Singh, reconocido como uno de los corredores de maratón más longevos y admirados, murió a los 114 años tras ser atropellado en su pueblo natal en la India. Su historia de perseverancia y superación sigue siendo un ejemplo para millones alrededor del mundo.

Presuntamente, fue atropellado por un vehículo no identificado mientras paseaba por Beas Pind, su pueblo natal en Jalandhar, en la región de Punjab, India.
La noticia ha generado una profunda tristeza en sus seguidores y en la comunidad deportiva internacional.
Fauja Singh no solo fue un ejemplo de longevidad
Supuestamente, #Fauja Singh no solo fue un ejemplo de longevidad, sino también de espíritu indomable. Nacido en 1909, en una época en la que la India aún luchaba por su independencia, Fauja supo transformar la adversidad en una vida llena de logros y reconocimiento global.
Aunque en sus primeros años no mostró interés en el deporte, la pérdida de su hijo menor en los años 90 y la muerte de su esposa e hija en India lo llevaron a encontrar en el running un refugio y una razón para seguir adelante.
Supuestamente, fue en Essex, Inglaterra, donde Fauja encontró su verdadera vocación. Allí se unió a un club de corredores y empezó a entrenar con disciplina, a pesar de las dudas y prejuicios que en ocasiones enfrentaba por su edad y condición física.
Su historia se hizo famosa cuando en 2011, justo cuando cumplió 100 años, participó en un #maratón en Toronto, un evento que lleva su nombre y en el que rompió varios récords mundiales en su categoría.
Aunque la Guinness World Records no reconoció oficialmente esas marcas, debido a la ausencia de un certificado de nacimiento, Fauja no se preocupó por ello.
Para él, la satisfacción de seguir corriendo y motivar a otros era suficiente.
Supuestamente, Fauja fue también un símbolo de esperanza durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, donde fue portador del antorcho olímpico, y recibió un homenaje de la Reina Isabel II, quien le otorgó una medalla por su contribución al deporte y la caridad.
A lo largo de su vida, Fauja donó todas las ganancias de sus maratones a causas benéficas, dejando un legado de generosidad y humildad.
El anciano corredor tenía una dieta sencilla, que incluía pinnis (dulces tradicionales de ghee y harina) y ocasionalmente un batido de fresas del McDonald's, pero era un atleta disciplinado que entrenaba regularmente.
A pesar de sus problemas de salud en algunos momentos, siempre mantuvo una actitud positiva y un fuerte espíritu de lucha.
Su biografía, titulada 'El Tornado Turbante', escrita por Khushwant Singh, detalla su vida y sus logros, y revela que Fauja solía decir que no le tenía miedo a la muerte, porque sentía que su verdadera aventura apenas comenzaba.
La comunidad india y sus seguidores en todo el mundo están de luto por su partida, recordando su ejemplo de perseverancia, fe y amor por la vida.