Atletas como Ariarne Titmus e Thomas Ceccon expresan su descontento con las condiciones de la Villa Olímpica durante los Juegos de París 2024.

Una semana después de que concluyeron los Juegos Olímpicos de París 2024, numerosas anécdotas sobre la convivencia de los atletas en la Villa Olímpica comienzan a surgir, siendo muchas de ellas poco favorables.

Esto incluye la experiencia de la nadadora australiana Ariarne Titmus, quien destacó la deplorable condición de su habitación.

En una reciente entrevista concedida al programa australiano The Project, Titmus reveló: "El baño de nuestra habitación era más grande que la sala de estar.

Solo cambiaron nuestras sábanas la primera noche; después, tuvimos que vivir en la suciedad durante el resto de nuestra estancia".

Titmus, que se llevó oro en los 400 metros libres, se enfrentó a una mala experiencia que no fue solo suya.

Las camas que se habían instalado en la Villa se habían convertido en un tema polémico, ya que muchas eran de cartón reciclable y los colchones dejaron mucho que desear, comparándolos con "una hoja de calcar". La falta de comodidad y limpieza fue un problema recurrente que generó descontento entre los atletas.

Complicando la situación, la nadadora contó que cuatro personas compartieron un solo rollo de papel higiénico, lo que llevó a situaciones incómodas.

"Tuvimos que engañar al personal, diciendo que éramos compañeros de habitación para conseguir más rollos de papel.

Si te quedabas sin papel, te daban uno que debía durar cuatro días para todo el apartamento", explicó.

Titmus no fue la única en expresar su frustración.

El atleta italiano Thomas Ceccon, campeón mundial de los 100 metros espalda, incluso prefirió dormir al aire libre en un banco del parque, debido al sofocante calor de su habitación sin aire acondicionado.

Ceccon fue claro al manifestar sus quejas: "No hay aire acondicionado, hace calor y la comida es mala". A pesar de que los organizadores prometieron un sistema de climatización geotérmica, esto no fue suficiente para paliar las temperaturas extremas.

Además, los atletas denunciaron problemas con la calidad de la comida.

El nadador británico Adam Peaty comentó que varios de sus compañeros encontraron gusanos en la comida e incluso él no pudo conseguir carne en el menú. "Necesito carne para competir, eso es lo que como normalmente.

No es normal que no pueda acceder a ello", dijo.

Estas experiencias adversas, según Ariarne Titmus, afectaron su rendimiento durante los Juegos.

A pesar de haber ganado la medalla de oro, admitió que no logró conseguir los tiempos que esperaba.

"Es probable que no haya hecho el tiempo que creí que podía.

Vivir en la Villa Olímpica complicó mucho las cosas; definitivamente no estaba preparada para el alto rendimiento.

Se trataba de cómo no perder la cordura en esas condiciones".

El evento olímpico, que debería ser un símbolo de excelencia y superación, se ha visto empañado por estas situaciones que no sólo afectan la experiencia de los atletas, sino que también lanzan un interrogante sobre la organización y las instalaciones ofrecidas en uno de los eventos más prestigiosos del mundo.