Análisis de las complicaciones en el Dakar 2025, incluyendo las eliminaciones de grandes figuras y el firme control de seguridad implementado por la FIA.
El Campeonato Mundial de Cross Country, conocido como W2RC, inició su trayectoria en 2022 gracias a la colaboración entre la organización del Rally Dakar, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y la Federación Internacional de Motociclismo (FIM).
Esta unión buscó dar forma a un evento que ha ganado notoriedad y que se ha convertido en uno de los más desafiantes del motorsport, proyectando la carrera del Dakar como una de sus citas más importantes cada año.
En este contexto, la FIA y la FIM se han visto obligadas a enfrentar la complejidad de regular una competencia que mezcla diversas disciplinas. En diversas ocasiones, se constató que el evento, aunque con tradición, requería adaptarse a los nuevos estándares de seguridad y competición que se exigen en la actualidad.
La organización del Dakar, bajo la gestión de la ASO (Amaury Sport Organisation), ha estado a cargo de mantener la estructura del evento, mientras que FIA y FIM se encargan de asegurar el cumplimiento de las normas.
En la primera semana del Dakar 2025, que está teniendo lugar en Arabia Saudita, se ha presenciado un giro inesperado cuando grandes figuras de la competencia fueron descalificadas.
Este hecho levantó controversias sobre la interpretación de las normas de seguridad que la FIA ha dictado para la competición.
Uno de los casos más destacados fue el de Carlos Sainz, campeón del año anterior, quien debió retirarse tras un grave accidente que afectó la seguridad de su vehículo.
La decisión de la FIA de excluirlo se basó en los daños sufridos en la jaula de seguridad de su auto, un indicativo del riguroso control que la organización mantiene durante el evento.
A pesar de que el vehículo mecánicamente había funcionado tras el accidente, la normativa prevaleció ante el deseo de continuar en la competencia.
Sainz no fue el único en enfrentarse a este tipo de situaciones. La piloto española Laia Sanz también sufrió la descalificación por una mínima deformación en la barra antivuelco de su vehículo, lo que evidenció la estricta interpretación de las normas.
De hecho, la misma suerte corrió el experimentado piloto francés Sebastien Loeb, quien, tras un espectacular vuelco, se encontró en una situación similar, siendo finalmente retirado de la carrera por la FIA a pesar de contar con el aval de su equipo sobre la seguridad de su coche.
El Dakar es reconocido por poner a prueba los límites del ser humano y de la máquina, y su esencia radica en la aventura y en la superación personal.
Sin embargo, los estrictos protocolos de seguridad implementados por la FIA están condicionando cada vez más la manera en que se desarrolla la competencia.
En este sentido, hay voces que levantan la alarma: algunos argumentan que el espíritu del Dakar se ve amenazado por estas decisiones contundentes, mientras que otros acatan la lógica de las regulaciones dispuestas por la FIA.
Por otro lado, dentro de la competencia, el cordobés Nicolás Cavigliasso ha destacado, logrando su tercer triunfo en la categoría Challenger y extendiendo su ventaja en la clasificación general.
Con su esposa como navegante, Cavigliasso va construyendo una sólida participación en este Dakar 2025, el cual exige no solo habilidades excepcionales, sino también una estrategia efectiva para enfrentar las adversidades.
Mientras los eventos se siguen desarrollando, el rally continúa mostrando que, a pesar de los desafíos y las eliminaciones inesperadas, la pasión por la competencia y la superación personal siguen siendo el eje central de esta mítica carrera.