La exnadadora y nueva presidenta del COI, Kirsty Coventry, fue recibida como una heroína en Zimbabwe tras su histórica elección.

Kirsty Coventry, la exnadadora y recién elegida presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI), regresó a su país natal, Zimbabwe, para recibir un cálido recibimiento que resuena como un hito nacional.
Esta llegada coincide con un momento de gran orgullo para Zimbabwe, que ha enfrentado años de aislamiento y sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países occidentales.
A sus 41 años, Coventry se ha convertido en un símbolo de esperanza y cambio, siendo la primera mujer y la primera africana en asumir el liderazgo del movimiento olímpico mundial.
Coventry, quien se destacó como campeona olímpica en los 200 metros espalda en las ediciones de 2004 y 2006, acumuló un total de siete medallas olímpicas durante su carrera, convirtiéndose en la atleta más condecorada de África.
Su elección como presidenta del COI se dio tras vencer a seis competidores en una votación celebrada en Grecia, donde se enfrentó a figuras prominentes del mundo del deporte, incluyendo a líderes de la federación internacional de atletismo y ciclismo, así como a un miembro de la familia real jordana.
"No se trata solo de mi éxito, es un triunfo colectivo. Hemos derribado barreras", comentó Coventry al llegar a Zimbabwe, donde fue recibida con danzas tradicionales que evocaban la rica herencia cultural africana.
Los danzantes, vestidos con pieles de animales y plumas, junto a jóvenes karatecas y cricketistas, llenaron el aeropuerto de Harare con su energía y entusiasmo.
Abigail Madera, árbitra de boxeo, expresó: "Los hombres han dominado el deporte durante tanto tiempo, me emociona que una de nosotras esté ahora en la cima, donde podrá abordar los problemas que enfrentan las mujeres en el deporte".
La Ministra de Asuntos de la Mujer, Monica Mutsvangwa, también destacó el impacto de este logro, afirmando que no solo es una victoria personal, sino que posiciona a Zimbabwe en el escenario mundial.
A lo largo de su carrera, Coventry ha sido aclamada como una fuente de orgullo nacional y una figura unificadora. Sin embargo, su decisión de convertirse en ministra de deportes en 2018 ha sido objeto de controversia, especialmente considerando el historial de derechos humanos de su gobierno.
En 2020, algunos críticos la acusaron de beneficiarse políticamente tras aceptar el arrendamiento de una granja que fue expropiada durante las violentas reformas agrarias que afectaron a miles de agricultores.
A pesar de la controversia, Coventry ha recibido numerosos mensajes de felicitación tras su elección. Se ha comprometido a renunciar a su cargo ministerial y trasladarse a Lausana, Suiza, la sede del COI, para comenzar su mandato de ocho años en junio.
Entre los desafíos que enfrentará están los beneficios para los atletas, el futuro de Rusia tras su suspensión por la guerra en Ucrania, la elegibilidad de género y las relaciones con Estados Unidos, que albergará los próximos Juegos Olímpicos de verano en 2028.
La elección de Coventry marca un punto de inflexión en la historia del deporte a nivel global, y su regreso a casa representa una oportunidad para que Zimbabwe brille en el escenario internacional.
En un contexto donde el deporte y la política a menudo se entrelazan, su liderazgo podría ser un catalizador para el cambio, no solo en su país, sino también en el mundo del deporte en general.