La victoria de la boxeadora argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos de París 2024 desencadena un debate sobre género y elegibilidad.

En un evento que ha suscitado intensas reacciones en el ámbito deportivo y más allá, Imane Khelif, boxeadora argelina, logró una victoria contundente en tan solo 46 segundos sobre la italiana Angela Carini durante el torneo de boxeo femenino de los Juegos Olímpicos de París 2024. Sin embargo, lo que debería haber sido un logro notable rápidamente se tornó en una polémica de grandes proporciones que involucró a personalidades como la primera ministra italiana, Camila Giorgi, y el magnate Elon Musk.

El núcleo del debate se centra en la composición cromosómica de Khelif, específicamente en que posee un par de cromosomas XY, característicos de los hombres.

Carini manifestó su desacuerdo con la inclusión de Khelif en la competición, indicando que horas antes de su encuentro había expresado su inquietud por la participación de esta boxeadora.

Tras la pelea, Carini declaró haber sentido "demasiado dolor" por la intensidad de los golpes recibidos.

Como respuesta a la creciente controversia, el Comité Olímpico Internacional (COI) se vio obligado a emitir un comunicado extenso.

En este, se explicó que tanto Khelif como la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting cumplen con las regulaciones de elegibilidad que permiten participar en la competición.

En particular, se subrayó que Khelif no se identifica como transexual ni intersexual, aclarando que, a pesar de haber nacido con genitales femeninos, su situación se asemeja a la de la atleta sudafricana Caster Semenya, quien también ha enfrentado debates similares debido a sus niveles de testosterona que son superiores a los considerados normales.

El COI afirmó que cada individuo tiene el derecho de participar en el deporte sin enfrentar discriminación.

Las normativas de elegibilidad y entrada a la competencia se están basando en las mismas reglas que fueron aplicadas durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde el género y la edad de los competidores se determinan a partir de su documentación oficial.

Estas directrices se establecieron después de una serie de eventos de clasificación que incluyeron competidores de 172 Comités Olímpicos Nacionales, abarcando más de 2000 combates en diferentes torneos.

Esta serie de incidentes refleja una problemática más profunda en el deporte actual, donde políticas sobre género y elegibilidad son objeto de intenso examen y a menudo generan polarización.

El COI ha dejado claro que la resolución de estas controversias requiere un enfoque basado en la ciencia y la ética, y está comprometido a proteger los derechos humanos de todos los atletas que compiten bajo su bandera.

En este contexto, el caso de Khelif no es aislado.

Ha habido un creciente llamado a establecer reglas claras sobre la competencia de atletas con diferentes características genéticas.

La situación se vuelve aún más relevante dado que el boxeo busca restablecer su estatus para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 después de haber perdido su reconocimiento oficial hace relativamente poco tiempo.

Dada la magnitud de la discusión, es evidente que este tema seguirá siendo relevante en la agenda deportiva y social en los años venideros.