El retorno de Leandro Paredes a Boca Juniors no fue suficiente para revertir la pobre actuación del equipo en su estreno en la Bombonera tras 60 días. A pesar de su desempeño, el conjunto xeneize evidenció problemas de identidad y bajos niveles individuales, sumando solo un empate contra Unión de Santa Fe.

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El regreso de #Leandro Paredes a #Boca Juniors en el estadio La Bombonera no consiguió alterar significativamente la mala actuación del conjunto xeneize, que en su primer partido en casa después de dos meses mostró claras deficiencias en su rendimiento.

Paredes, quien volvió al club tras 11 años en Europa, ingresó en el segundo tiempo y, aunque aportó jerarquía y control en el medio campo, no pudo revertir la pobre imagen del equipo.

La historia del equipo en los últimos partidos refleja un conjunto que aún busca definir su identidad. El técnico Miguel Ángel Russo, que asumió tras la salida de Mariano Herrón, se enfrenta a un equipo que se muestra desconectado y sin ideas claras en cancha.

Desde el inicio del encuentro, Boca pareció estar en pausa, con poca fluidez en la circulación de balón y un nivel individual bajo en la mayoría de sus jugadores.

Solo una remota aproximación ocurrió en los primeros minutos, cuando William Alarcón ejecutó un tiro libre que fue detenido sin dificultad por el arquero visitante.

El rendimiento de las figuras ofensivas tampoco ha convencido. Carlos Palacios apenas se asoma en el juego, Miguel Merentiel no logra encontrar espacios para explotar su potencial de velocidad y potencia, y Alan Velasco, que mostró destellos antes del Mundial, todavía no logra consolidarse en la ofensiva.

La poca claridad en los ataques llevó a que Boca terminara el primer tiempo con un solo remate al arco, en una muestra de la falta de volumen de juego.

Por su parte, Unión de Santa Fe, con un esquema ordenado y un Cristian Tarragona que, pese a no tener el perfil de un goleador clásico, se mostró como un referente en ofensiva, controló gran parte del partido en la Bombonera.

La presencia del público fue escasa, incluso en la presentación de Paredes, que tuvo entrada libre y gratuita; esto evidencia el desencanto de la parcialidad local con el rendimiento del equipo y el entorno del club.

Entrando en detalles, Paredes ingresó a los 18 minutos del segundo tiempo y, aunque mostró destellos de calidad y liderazgo, aún le falta rodaje y mayor conexión con sus compañeros.

Algunas imprecisiones en controles y pases largos sin destino casi comprometen la buena disposición inicial. Sin embargo, con el correr del tiempo su influencia incrementó, colocando un centro preciso que Lautaro Di Lollo convirtió en el único gol de Boca tras un cabezazo contundente, que permitió al equipo sacar un punto en un partido que parecía perdido.

En la ofensiva, el capitán Edinson Cavani volvió a disputar minutos tras su lesión, pero todavía carece de ritmo de competencia y no ha podido generar peligro real en el arco rival.

La de Cavani fue una participación meramente testimonial en esta ocasión, dejando en evidencia que todavía necesita varios partidos para alcanzar su mejor forma.

Este empate deja a Boca en una situación preocupante en la tabla, con un rendimiento que dista mucho de ser el esperado. La poca claridad en ataque, la confusión táctica y las bajas individualidades reflejan un momento de crisis en el club, que aspira a recuperarse en las próximas jornadas.

La afición, que esperó más de su equipo tras el regreso de Paredes, seguramente anhela ver un mayor compromiso y un juego más convincente en el futuro cercano.

Históricamente, Boca ha sido uno de los clubes más grandes de Argentina y Sudamérica, con una rica historia de títulos locales e internacionales.

Sin embargo, en los últimos años ha atravesado periodos de transición y altibajos en su rendimiento, intentando consolidar un equipo competitivo que vuelva a conquistar campeonatos y a ilusionar a sus hinchas.

La llegada de jugadores como Paredes busca sumar experiencia y calidad, pero aún falta mucho para que ese talento se traduzca en resultados positivos.

Por ahora, Boca deberá trabajar en consolidar su juego, mejorar el rendimiento individual y colectivo, y lograr que su juego sea coherente con la historia grande que ostenta.

La temporada está en marcha y, con ella, la esperanza de que el equipo recupere su esencia y vuelva a ser protagonista en la Primera División argentina.