Una mirada a la sorprendente amistad entre dos oficiantes de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo, y su vínculo con el presidente Javier Milei.

La rivalidad que una vez definió la historia del fútbol argentino entre Gimnasia y Esgrima La Plata y Estudiantes, hoy encuentra un curioso punto de unión en la amistad entre Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo.
Ambos exfutbolistas, que se enfrentaron en numerosas ocasiones durante su juventud, han logrado transformar su enemistad en un lazo estrecho, coincidiendo en su pasado en Boca Juniors y la reciente conexión con el presidente Javier Milei.
Durante su etapa formativa, Barros Schelotto y Palermo se veían como adversarios, luchando por el reconocimiento no solo en el fútbol profesional, sino también en las categorías inferiores.
Esta rivalidad alcanzó su clímax durante su paso por la primera división, donde cada uno disfrutó del sufrimiento del contrincante: mientras uno celebraba el descenso de Estudiantes en 1994, el otro festejaba la pérdida de un campeonato por parte de su rival en 1995.
Sin embargo, el destino les tenía reservado un camino juntos en Boca a partir de 1997.
Junto a su hermano Gustavo, Barros Schelotto se unió a Palermo en un equipo de Boca donde, en un intento por superar las diferencias, el entonces director técnico Héctor Veira decidió que ambos delanteros compartieran habitación durante las concentraciones.
La decisión fue arriesgada, pero pronto se convirtió en un éxito: las tensiones fueron cediendo y lo que comenzó como un rechazo se convirtió en una de las asociaciones más exitosas del club.
Bajo la dirección de Carlos Bianchi en 1998, Barros Schelotto y Palermo se consolidaron como la dupla atacante del equipo. Esta sinergia los llevó a conquistar múltiples títulos entre los que se encuentran la Copa Libertadores y varias ligas locales, dejando atrás la rivalidad de antaño, y cimentando una amistad inquebrantable.
Boca Juniors empata contra Nacional de Potosí en la Copa Sudamericana
Boca Juniors y Nacional de Potosí empataron sin goles en un partido en el que el equipo argentino no logró aprovechar un penal. A pesar del dominio de Boca, la falta de contundencia dejó escapar la oportunidad de comenzar la Copa Sudamericana con una victoria.Sin embargo, los caminos de ambos también han tenido sus tropiezos. Las tensiones con Juan Román Riquelme, una figura clave en la historia de Boca, han dejado una huella en sus respectivas trayectorias como entrenadores.
Barros Schelotto tuvo la oportunidad de dirigir al club bajo la presidencia de Daniel Angelici, mientras que Palermo todavía espera su oportunidad.
Hasta la fecha, ambos han compartido el campo en 143 partidos, logrando un notable registro de 80 victorias, 37 empates y 26 derrotas. Martín Palermo se ha consagrado como el máximo goleador histórico del club con 236 goles, mientras que Guillermo Barros Schelotto ha prestado su habilidad en las asistencias, siendo el tercero en la lista con 16.
El regreso de estos dos ídolos al escenario futbolístico llegó con la reciente cercanía al presidente Javier Milei, un ferviente hincha de Boca. Durante una reunión reciente en la sede de Conmebol, Milei recibió una réplica de la Copa Libertadores, un regalo significativo que resalta su pasión por el club.
La relación entre Barros Schelotto y Palermo ahora no solo simboliza el orgullo de millones de hinchas, sino que también refleja un cambio en el panorama político y deportivo argentino.
Si bien el camino aún es incierto, el futuro de ambos en el fútbol redefine lo que una vez fue una rivalidad a escala monumental y muestra que a veces los adversarios pueden convertirse en grandes aliados, tanto en el campo como en la vida.
Además, el abrazo entre ambos entrenadores durante un reciente encuentro en Asunción marca un nuevo capítulo en su historia, donde la distancia que una vez los separó se ha convertido en una historia de redención y camaradería.