Un desalentador partido para Boca Juniors en su estadio, donde San Lorenzo destacó con un juego agresivo y consecuencias para la defensa xeneize.

La Bombonera, conocido hogar de Boca Juniors, se convirtió en un escenario de frustración para los aficionados, quienes gritaban: "¡Movete, Boca, Movete!". Sin embargo, el equipo local estaba paralizado en el campo de juego, y se vio superado por un San Lorenzo hambriento de victoria.

A tan solo quince minutos de iniciado el encuentro, el árbitro sancionó un penalti a favor del Ciclón tras una mano de Marcos Rojo, la cual fue confirmada por el VAR. Andrés Vombergar se encargó de ejecutar la pena máxima, convirtiendo el 1-0.

San Lorenzo mantuvo su agresiva presión, aprovechando el nerviosismo de los jugadores xeneizes.

Vombergar, que con raíces eslovenas, estuvo en el centro de la acción, protagonizando una jugada que pudo resultar en otro penalti, aunque esta vez la revisión no se llevó a cabo.

La defensa de Boca, que a lo largo del partido comete errores, no logró contener los embates de un San Lorenzo que se mostró más decidido.

El irrefrenable atacante del Ciclón continuó causando estragos, y el que se perdió una opción de gol fue, una vez más, Vombergar, quien fue contenido por un cierre providencial del defensor Toto Belmonte.

En una jugada posterior, el joven arquero de Boca, Brey, salió a la desesperada y cometió una falta sobre el delantero; pero el VAR determinó que no era penal, lo que dejó a San Lorenzo y a sus seguidores en estado de indignación.

"HAY PENAL PARA SAN LORENZO", publicó TNT Sports, mientras mostraba las imágenes y la revisión del penalti de Rojo.

Sin embargo, la decisión del VAR de no sancionar el segundo penal fue polémica y mantuvo a los fans de Boca con el corazón en la boca.

La intensidad del partido creció, reflejando la histórica rivalidad entre ambas instituciones.

A lo largo de los años, estos enfrentamientos han estado llenos de emoción, tensión y decisiones arbitrales discutibles.

La desazón del entrenador de Boca, Diego Martínez, era evidente.

Frustrado por el desempeño de su equipo en la primera mitad, decidió realizar cambios radicales en el entretiempo.

Tres jugadores, incluidos Luis Advíncula, Cristian Medina y Miguel Merentiel, ingresaron al campo, reemplazando a Rojo, Miramón y Exequiel Zeballos.

Esta decisión refleja la necesidad urgente de transformar el rumbo de un partido que ya parecía desvanecerse para el conjunto xeneize.

La Bombonera, que históricamente ha sido un fortín para Boca, ahora se tornaba en un lugar de preocupación.

La presión era palpable, y los aficionados esperaban con ansias que su equipo pudiera reaccionar ante la adversidad.

Cada jugada era un recordatorio de la obligación que tiene Boca de no solo competir, sino de mantenerse en la lucha por los primeros lugares de la Liga Argentina.

Con el clásico caliente en juego, Boca buscaba recuperar el control, mientras que San Lorenzo continuaba buscando oportunidades para aumentar la ventaja.