Agustín García Basso revive su carrera en Racing tras años de lucha y sacrificio, cumpliendo su sueño de jugar en la élite del fútbol argentino.
Cuando fue notificado del interés del Racing de Gustavo Costas, un sinfín de sentimientos atravesaron su cuerpo hasta el momento en el que estampó la firma para dar el paso más importante de su carrera.
Le resultó imposible no recordar aquellos años de plena incertidumbre, navegando por las aguas del Ascenso, sin disfrutar del fútbol y el deseo de no salir a la cancha cada fin de semana.
Con 32 años, el oriundo de la ciudad bonaerense de Vedia transitaba el mejor momento de su carrera en Independiente del Valle de Ecuador, cuando sonó el teléfono desde Avellaneda.
Fue lo que tanto esperó para quitarse de encima la mochila en donde guardaba "un sabor amargo" desde los 21, cuando debutó como profesional en lo que fue su único partido en la Primera División de Argentina.
Desde aquella derrota por 3-0 contra San Lorenzo, vistiendo la camiseta de Boca, soñaba con una nueva oportunidad en la élite local, un anhelo que con el correr de los años creía que no saldría de la fantasía de su imaginación.
El proceso que lo depositó en la Academia lejos estuvo de ser sencillo para el número '2': Douglas Haig, Sportivo Belgrano, Santamarina de Tandil, Agropecuario y Estudiantes de Caseros fue la travesía de clubes por los que pasó entre 2013 y 2021. Un total de ocho años y 147 partidos disputados en donde, a raíz diferentes cuestiones deportivas y personales, le hicieron perder el gusto de tener una pelota bajo los pies.
El premio al esfuerzo de haber regresado a la élite del fútbol argentino luego de 11 años, entre el partido de su debut y su presentación con Racing frente a Tigre, no es motivo que relaje a García Basso.
"Tengo que tomar este desafío con la profesionalidad que corresponde", sostiene.
Con una racha de cinco victorias consecutivas, la Academia de Costas atraviesa su mejor momento en el año.
Justo cuando, luego del partido de este jueves desde las 21.15 contra Lanús, el fútbol pone pausa por un poco más de un mes.
Aunque García Basso piensa con convicción: "No le vamos a echar la culpa al parate que justo llega ahora.
Uno nunca sabe cuánto duran las malas y buenas rachas, se termina evaluando todo con el diario del lunes.
Le veo como positivo la chance de hacer una pretemporada con todo el equipo junto, algo que a principio de año no pudimos hacer y estoy seguro que nos va a unir mucho más".
Con la famosa etapa de adaptación como un proceso innecesario para García Basso, quien desde su llegada ya suma más de 2 mil minutos disputados y únicamente fue amonestado en cuatro oportuniades (recién a su séptimo partido vio la primera amarilla), solamente existe un factor al que aún no se acostumbró del mundo Racing: la exposición.
Los objetivos están claros en Racing.
La promesa de Costas de levantar dos títulos en el año sigue inamovible, según cuenta el propio defensor.
La eliminación de Copa Argentina y una trunca Copa de la Liga ya son etapas "con punto final puesto". Estoy en el Primer Grande.
Un club con mucha historia, quiero seguir superándome, en la cancha y fuera de ella.
Acá estoy muy contento y quiero ganar cosas aportando mi granito de arena en el nivel más alto que se pueda".
García Basso articula cada palabra sin despegar la mirada del verde césped del Cilindro.
Mientras, tacha imaginariamente los días para volver a ver repleto el lugar donde resurgió. Quiere seguir cumpliendo la meta que hasta sus 32 años tenía pendiente, cuando las estadísticas marcaban que solamente contaba con un partido en Primera División y su nombre no figuraba en el radar del fútbol argentino.