La Junta de Castilla y León refuerza su compromiso en la protección infantil frente a la violencia vicaria, incorporando nuevas medidas en la futura Ley de Violencia de Género.

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La Junta de Castilla y León está dando pasos significativos para fortalecer la protección de los menores ante la violencia vicaria, un fenómeno que representa una de las formas más devastadoras de violencia de género.

Durante una jornada titulada 'Stop Violencia Vicaria', que tuvo lugar en Burgos, la vicepresidenta de la Junta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, enfatizó la importancia de salvaguardar la integridad de los menores en el marco de la legislación autonómica y los recursos disponibles en la comunidad.

La violencia vicaria se manifiesta cuando un agresor utiliza a los hijos como herramienta para ejercer control y causar daño a la madre. Esto crea una situación de doble victimización, en la que los menores sufren maltrato psicológico y físico, y en el peor de los casos, se ven involucrados en asesinatos.

Este tipo de violencia ha sido objeto de atención creciente en las últimas décadas, y aunque la Ley de Violencia de Género de Castilla y León, aprobada en 2010, ya reconocía a los menores como víctimas directas, la nueva legislación en desarrollo busca ampliar y reforzar las medidas de protección y prevención.

Isabel Blanco destacó que la futura norma, actualmente en fase de proyecto, incluirá la definición de la violencia vicaria como una nueva modalidad de violencia de género.

Esta actualización es crucial, ya que permitirá reconocer y abordar de manera más efectiva los casos en que los hijos son utilizados como instrumentos para dañar a la pareja, independientemente de si los agresores son o han sido sus parejas o han tenido una relación sin convivir juntos.

Para erradicar este problema, la vicepresidenta hizo un llamado a la colaboración de los diferentes sistemas judicial, sanitario y educativo, subrayando que es esencial un enfoque integral y multidisciplinario.

En este sentido, la Junta ha desarrollado una 'Red de atención a víctimas de violencia de género', donde profesionales especializados trabajan en conjunto para ofrecer el apoyo necesario a los menores y sus familias.

El año pasado, 627 personas recibieron atención en los 18 centros de acogida de la Junta, de los cuales 248 eran menores. Además, el 'Programa de apoyo psicológico a víctimas de la violencia de género' brindó asistencia a 235 menores, ayudando a restaurar los lazos afectivos que pueden haberse visto afectados por la violencia.

En cuanto a la asistencia económica, la Junta ha otorgado una vivienda a una mujer con sus dos hijos, y también ha proporcionado ayudas a hijos de víctimas mortales, alcanzando un total de 5.000 euros anuales hasta que cumplan la mayoría de edad. Para complementar estas iniciativas, la formación de profesionales en diversas áreas, como la psicología y el ámbito jurídico, se ha vuelto fundamental.

El año pasado, se capacitaron a 3.000 personas, lo que es vital para asegurar que se puedan ofrecer respuestas adecuadas y efectivas ante situaciones de violencia.

Finalmente, la Junta ha puesto énfasis en la prevención y detección temprana de la violencia vicaria, estableciendo protocolos y guías de actuación en los ámbitos de la Sanidad y la Educación, lo que permitirá identificar y actuar ante casos de violencia de manera más eficaz.