Con motivo del Día de la Tierra, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires inauguró su primer microbosque en el Parque de la Ciudad, una iniciativa que apuesta por la restauración ecológica y la biodiversidad en el entorno urbano.

En conmemoración del Día de la Tierra, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dio un paso significativo hacia la recuperación ecológica de sus espacios urbanos con la plantación de su primer microbosque en el Parque de la Ciudad, situado en Villa Soldati.
Este evento, llevado a cabo el viernes 25 de abril de 2025, refleja el compromiso de la ciudad con la sostenibilidad, la conservación del medio ambiente y la promoción de espacios verdes que mejoren la calidad de vida de sus habitantes.
La iniciativa fue organizada por la Dirección General de Áreas de Conservación, dependiente de la Subsecretaría de Ambiente, en colaboración con la Dirección General del Parque de la Ciudad, que forma parte del Ministerio de Espacio Público.
Además, contó con la participación activa de la Fundación Club de Roma Argentina, la campaña Semana del Árbol, y más de 30 voluntarios de la empresa Price Waterhouse Coopers (PwC), que aportaron su tiempo y esfuerzo en la plantación.
Durante la jornada, se plantaron un total de 120 árboles y 80 arbustos en una superficie de aproximadamente 40 metros cuadrados. Las especies seleccionadas fueron nativas, elegidas específicamente por su adaptación a las condiciones locales, su bajo requerimiento hídrico y su capacidad para atraer biodiversidad.
Esta selección busca promover la conservación de especies autóctonas y fortalecer los ecosistemas urbanos.
Este microbosque fue diseñado siguiendo la técnica Miyawaki, un método japonés de restauración ecológica desarrollado por el botánico Akira Miyawaki en los años 70.
La técnica consiste en replicar un ecosistema de bosque nativo en espacios reducidos, logrando una alta densidad de plantación, con entre 3 y 5 plantas por metro cuadrado, lo que acelera el crecimiento y permite alcanzar una madurez ecológica inicial en solo 10 a 20 años.
La implementación incluyó también mulching para conservar la humedad del suelo y la distribución aleatoria de especies en diferentes estratos, imitando la estructura de un bosque natural.
Además de la plantación, se instalaron senderos interpretativos y carteles educativos que facilitan el aprendizaje sobre los beneficios de los microbosques y la importancia de la flora nativa en las ciudades.
Esta estrategia no solo busca mejorar la estética urbana, sino también ofrecer espacios de educación ambiental para las comunidades locales.
La creación de este microbosque representa una estrategia de triple impacto. En primer lugar, ambiental, ya que contribuye a mejorar la calidad del aire y del suelo, captura carbono y fomenta la biodiversidad urbana. En segundo lugar, social, al proveer espacios verdes para el disfrute, la recreación y la educación de los residentes. Y en tercer lugar, económico, ya que ayuda a revalorizar las áreas urbanas y fortalece la resiliencia de la ciudad frente al cambio climático.
Cabe destacar que Buenos Aires no es la primera ciudad en implementar este tipo de iniciativas; varias urbes en el mundo, como Tokio, Seúl y París, han adoptado técnicas similares para promover la biodiversidad y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
La técnica Miyawaki, en particular, ha ganado popularidad en los últimos años como una solución rápida y efectiva para revitalizar espacios degradados.
El Día de la Tierra, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009, busca crear conciencia sobre la importancia de cuidar nuestro planeta.
La fecha, que se celebra cada 22 de abril, invita a gobiernos, organizaciones y ciudadanos a tomar acciones concretas para proteger los ecosistemas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y detener la pérdida de biodiversidad.
La ciudad de Buenos Aires, con esta iniciativa, reafirma su compromiso con un desarrollo urbano sostenible y con la protección del medio ambiente. La plantación del microbosque es solo el comienzo de un plan que busca ampliar estos espacios verdes y promover una cultura de respeto y cuidado por la naturaleza en la capital argentina, en línea con los objetivos globales de sostenibilidad y resiliencia frente al cambio climático.