El Ayuntamiento de Zaragoza prueba un sistema innovador para mejorar la gestión de residuos mediante sensores de llenado en contenedores.
En la ciudad de Zaragoza, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un proyecto piloto que busca mejorar el servicio de recolección de residuos mediante la implementación de sensores de llenado en los contenedores.
Esta iniciativa busca asegurar que los contenedores sean vaciados adecuadamente, antes de que se desborden, lo que resultará en un servicio más eficiente y efectivo para la ciudadanía.
Tatiana Gaudes, consejera de Medio Ambiente y Movilidad, ha señalado que el objetivo de esta prueba es superar los imprevistos en la recolección de residuos, anticipándose a los picos de llenado de los contenedores y organizando las rutas de recogida de manera más sostenible, eliminando recorridos innecesarios que incrementan la huella de carbono del servicio.
En la actualidad, la red de contenedores de Zaragoza consta de 11.665 unidades que cuentan, en su mayoría, con estos nuevos sensores.
Estos dispositivos están diseñados para indicar el nivel de llenado de cada contenedor, lo que permitirá gestionar el servicio de una manera más ágil, adaptando los recorridos en base a datos reales.
Sin embargo, en el proceso de calibración, se ha identificado que la fiabilidad de la tecnología varía según el tipo de residuo que se está depositando.
Por ejemplo, los sensores funcionan mejor con basura orgánica y vidrio, mientras que materiales como el cartón presentan un desafío debido a su acumulación irregular que puede engañar al sensor.
Este innovador sistema de sensores envía los datos de llenado a la aplicación interna de gestión Mawis, lo que facilitará el diseño de rutas de recogida más dinámicas una vez que se completen las calibraciones necesarias.
Por el momento, la prueba piloto se desarrollará en 2.001 contenedores de vidrio de la ciudad, permitiendo a los gestores analizar su efectividad.
Previo a la implementación de los sensores, el servicio de recolección se organizaba en base a 24 rutas estáticas y programadas, donde los contenedores eran vaciados cada dos semanas.
Para el casco histórico, se mantenía un servicio de recogida semanal debido a la alta demanda.
Durante esta fase de prueba, una de las brigadas continuará con los recorridos tradicionales, mientras que la otra ajustará sus rutas según las lecturas de llenado que recibirán diariamente.
Los datos serán fundamentales para que los conductores optimicen su recorrido, utilizando un sistema de guiado GPS que ajusta las rutas a diario, a fin de garantizar una recolección más eficaz.
Se anticipa que los resultados de esta prueba serán evaluados en el primer trimestre de 2025, y si se obtiene un resultado positivo, se espera implementar este sistema en toda la ciudad, con la posibilidad de ampliarlo a otros tipos de residuos.
Este enfoque también refleja una tendencia global creciente hacia el uso de la tecnología para mejorar los servicios públicos y promover la sostenibilidad urbana.