La Sociedad La Nueva Romareda SL inicia el desmantelamiento de las emblemáticas torres de iluminación del antiguo estadio, en un proceso que busca modernizar y reciclar estos elementos históricos.

Durante aproximadamente dos semanas, se llevará a cabo la retirada y demolición de las cuatro torres de iluminación que aún permanecen en pie en las instalaciones, consideradas un símbolo visual y emblemático del pasado deportivo de la ciudad.
Las estructuras, que alcanzan una altura de 55 metros —con 45 metros correspondiendo a las torres azules y 10 metros a las parrillas blancas— representan el último vestigio del antiguo equipamiento del estadio y han sido un elemento distintivo en el skyline de la zona durante décadas.
La operación de desmontaje requiere de maquinaria especializada, incluyendo una grúa autopropulsada y una plataforma elevadora con cesta, que puede alcanzar hasta 90 metros de altura.
La logística de transporte es compleja, dado que el equipo necesario fue trasladado desde Galicia, ya que en España no existen muchas máquinas de estas dimensiones.
El proceso comenzará este martes con la retirada de la torre ubicada en la esquina noroeste, en el paseo de Isabel La Católica, justo frente a los Porches del Audiorama.
En los días siguientes, se procederá con la desinstalación de las estructuras cercanas a la plaza Eduardo Ibarra y, por último, la torre de la esquina sureste, situada en la intersección de la calle Jerusalén con el paseo de Isabel La Católica.
La planificación, sin embargo, podrá variar en función de las condiciones técnicas y meteorológicas, ya que el trabajo en altura requiere condiciones óptimas, sin lluvias ni vientos fuertes, para garantizar la seguridad de los operarios.
Cada torre será desmontada en tres fases principales. Primero, se retirará la parrilla blanca de aproximadamente 10 metros, ubicada en la parte superior, donde se encontraban los focos. Los técnicos cortarán la estructura y, mediante la grúa, descenderán la pieza al suelo. Luego, se procederá con la remoción de un tramo de unos 20 metros, y finalmente, los últimos 20 metros cercanos a la base serán cortados y demolidos en el suelo con grandes máquinas.
Este proceso de desmontaje no solo tiene un valor técnico, sino que también se enmarca en una estrategia de sostenibilidad y gestión responsable de residuos.
Todos los elementos metálicos serán trasladados a centros de valorización, donde serán reutilizados y reciclados, en línea con las certificaciones de sostenibilidad que ha obtenido el proyecto La Nueva Romareda, como el sello BREEAM ES.
La reutilización de materiales, en particular del metal, reduce significativamente los costes operativos y de mantenimiento a largo plazo, además de minimizar el impacto ambiental.
Hoy se transforman en parte de un proceso de renovación urbana que busca integrar pasado y futuro en la ciudad de Zaragoza
Supuestamente, en la primera fase de obras se han logrado valorizar más del 95% de los residuos, que suman unas 11.700 toneladas, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el entorno urbano. La historia de estas torres, que en su día simbolizaron la modernidad y el progreso, hoy se transforman en parte de un proceso de renovación urbana que busca integrar pasado y futuro en la ciudad de Zaragoza.