El Ayuntamiento de Zaragoza inicia un ambicioso proyecto de transformación del río Huerva con el objetivo de mejorar su biodiversidad y regenerar el entorno.

El Ayuntamiento de Zaragoza, mediante la sociedad municipal Ecociudad Zaragoza, ha anunciado que el 4 de noviembre comenzarán las obras de transformación del río Huerva.

Esta iniciativa tiene como propósito mejorar la biodiversidad y realizar la regeneración paisajística e hidromorfológica de este importante recurso natural.

Las tareas de señalización comenzarán días antes, justo a tiempo para el puente de Todos los Santos, según reveló el consejero de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, Víctor Serrano.

Estas obras, las cuales han sido adjudicadas a la UTE COPHA-Construcciones MLN, tienen un coste total de aproximadamente 8.410.029 € (siete millones de euros) y representan un 20% menos que el importe inicialmente licitado.

Se espera que la formalización del contrato se produzca en cuestión de días, permitiendo así que los trabajos previos arranquen antes de que termine octubre.

El consejero informó que un equipo de técnicos se reunirá hoy con representantes de diversos colectivos, incluidas las juntas de distrito y asociaciones vecinales, para proporcionar detalles sobre la situación actual del Huerva y cómo se llevará a cabo la intervención.

La primera fase de la obra abarcará dos tramos clave.

El primero se extiende desde el Puente Blasco del Cacho hasta el cubrimiento del río en la Gran Vía, abarcando más de 1,2 kilómetros.

Esta área ha sido identificada como especialmente degradada, tanto en términos de calidad del agua como de vegetación, dado que el cauce se ve afectado por edificaciones y presenta taludes muy verticales que dificultan su accesibilidad.

Por otro lado, el segundo tramo va desde el puente de la calle Miguel Servet hasta la desembocadura del río Huerva en el Ebro, con una longitud de 1,9 kilómetros.

En total, los trabajos cubren una superficie de 150.000 metros cuadrados y el plazo de ejecución se estima en ocho meses.

El proyecto ha recibido el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), e incorpora sugerencias recibidas durante la fase de información pública.

Este ambicioso plan cuenta con financiación de dos convocatorias de la Fundación Biodiversidad, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que ha recibido apoyo económico de la Unión Europea a través del programa NextGenerationEU. Se han destinado cerca de 5 millones de euros a este proyecto, que se suman a los 20 millones que el Gobierno de Aragón se ha comprometido a invertir en alianza con el Ayuntamiento de Zaragoza.

Entre las mejoras que se realizarán en esta fase está la construcción de un tanque de tormentas en la intersección entre las calles Marina Española y el paseo Mariano Renovales, que almacenará el agua durante fuertes lluvias, mejorando así la gestión de vertidos al cauce.

También se renovarán las tuberías de saneamiento en varios tramos de la margen derecha y los colectores entre las calles mencionadas.

El proyecto prevé que se incorporen también renovaciones en las redes de abastecimiento de agua potable, retirando viejas tuberías de materiales obsoletos.

Asimismo, se planea realizar aportes de sedimentos en el lecho del río para mejorar su estructura y biodiversidad.

Para ello, se comenzará por limpiar y desbrozar el entorno, retirando escombros y mobiliario urbano, con el fin de posibilitar la obra y reutilizar elementos en buen estado en etapas futuras.

Otro aspecto importante del proyecto es la creación de accesos y nuevas sendas peatonales.

Se planean tres sendas que estarán diseñadas para ser permeables y adaptarse a la topografía del lugar.

Estas sendas no solo facilitarán el acceso a las riberas, sino que también permitirán una mejor integración paisajística.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Zaragoza también avanza en la tramitación de la segunda fase, que se centrará en completar la regeneración fluvial, crear nuevos equipamientos y mejorar el paisajismo de las ribas del Huerva, asegurando así un futuro sostenible para este entorno natural.