La sociedad municipal Ecociudad Zaragoza ha implementado seis nuevos puntos de retención de sólidos en los ríos y riberas de la ciudad, con el objetivo de reducir la presencia de toallitas y otros residuos. Estos sistemas se suman a los tres instalados el verano pasado como prueba piloto y han demostrado ser efectivos en la disminución de la cantidad de desechos que llegan a los cauces de agua.
La sociedad municipal Ecociudad Zaragoza ha duplicado los sistemas de retención de sólidos para reducir la presencia de toallitas en los ríos y riberas de la ciudad.
A lo largo de las últimas semanas se han instalado tres nuevos puntos en aliviaderos del Ebro que se suman a los tres colocados el pasado verano como prueba piloto y que han permitido rebajar significativamente la llegada de estos y otros residuos a los ríos de la ciudad.
Así lo ha explicado el consejero de Urbanismo e Infraestructuras, Victor Serrano, que ha detallado que las nuevas mallas de retención se han instalado junto al Puente de Santiago en Macanaz, junto al Puente de La Almozara en el entorno del Aura y en las proximidades de la depuradora de La Almozara.
En los tres casos el mecanismo está compuesto por unas planchas metálicas colocadas en los aliviaderos y unas grandes redes que actúan como coladores gigantes.
Los aliviaderos forman parte de la red de saneamiento de la ciudad y generalmente están situados en las riberas.
Cuando se producen fuertes episodios de lluvia, derivan el exceso de agua hacia el medio natural para evitar inundaciones en las calles y daños en las canalizaciones.
Cuando eso ocurre, las toallitas y el resto de productos mal desechados que circulan por las tuberías son arrastrados por el agua junto a hojas, colillas de tabaco, plásticos o arenas que se cuelan por los sumideros.
Las mallas instaladas dejan pasar ese agua hacia el río pero retienen buena parte de los sólidos que arrastra.
Estos tres puntos de retención se suman a los instalados el pasado verano en el parque de San Pablo en el Ebro, en el Parque Bruil en el Huerva y en el Parque Ríos de Aragón en el Gállego.
El sistema instalado en el parque de San Pablo ha sido el que más elementos ha retenido, en su inmensa mayoría toallitas.
En este punto se han retirado cuatro de las ocho mallas colocadas que se estima que han permitido retener en torno a una tonelada de residuos.
Ahora se procederá a su pesaje y su análisis.
El consejero Víctor Serrano ha advertido 'del grave problema medioambiental y económico que supone tirar por el váter productos de aseo e higiene habituales' como las toallitas higiénicas y desmaquillantes, los bastoncillos de los oídos, las tiritas, los discos de algodón, los tampones o el hilo dental, y ha recordado que 'se solucionaría simplemente desechándolos correctamente en una papelera'. Según ha explicado el consejero, 'sólo el año pasado las depuradoras de Zaragoza retiraron más de 359 toneladas de residuos fibrosos'. Todos estos productos contienen fibras que no son biodegradables o que tardan mucho más tiempo en descomponerse de lo que les cuesta recorrer la red de tuberías y llegar a las depuradoras.
La consecuencia es que esas fibras se enredan a lo largo de las conducciones provocando atascos e importantes averías.
Las toallitas que aparecen en las riberas tienen también un segundo origen: las crecidas del río Ebro que las arrastran desde aguas arriba junto a otros sólidos.