La ciudad andaluza avanza en el desarrollo de una desalobradora que garantizará el suministro de agua a largo plazo.

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En Sevilla, el consejero de Emasesa y delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, junto con el consejero delegado de la empresa pública de aguas, Manuel Romero, han presentado el anteproyecto de una iniciativa destinada a construir una desalobradora.

Este proyecto busca asegurar el suministro de agua en situaciones críticas, utilizando el agua del estuario del Guadalquivir como fuente principal.

Con una inversión prevista de 60 millones de euros, unos 66 millones de dólares, el desarrollo de esta infraestructura se ejecutará en un periodo de dos años.

La desalobradora funcionará mediante la captación de agua a la altura del estuario del río Guadalquivir, aguas debajo de la presa de Alcalá del Río.

Después de la captación, el agua será transportada por medio de la conducciones Gergal-Carambolo hasta la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) Carambolo.

Allí, será sometida a un proceso avanzado de tratamiento que incluirá técnicas de ósmosis inversa y nanofiltración.

Juan de la Rosa ha señalado que esta infraestructura proporcionará a Sevilla y su área metropolitana una alternativa a las fuentes de agua convencionales que se almacenan en embalses.

Según su declaración, esta medida es crucial para extender la disponibilidad de agua, garantizando así el suministro incluso en los peores escenarios climáticos.

Desde julio de 2019, Sevilla ha estado en Estado de Emergencia Climática, enfrentando sequías cada vez más intensas y duraderas como consecuencia del cambio climático.

Con la implementación de este proyecto, De la Rosa también enfatizó la importancia de preparar la ciudad ante las predicciones de un aumento preocupante de la temperatura y una disminución significativa de las precipitaciones en el futuro.

Para ello, afirmó que es necesario actuar de inmediato y que la colaboración entre instituciones es fundamental para el éxito de esta iniciativa.

El consejero delegado de Emasesa, Manuel Romero, subrayó que el proyecto también aprovecha al máximo las infraestructuras existentes, como los depósitos en desuso, minimizando así la inversión necesaria y el espacio que se requeriría.

Además, mediante el uso de tecnologías avanzadas en el tratamiento del agua, se puede ofrecer una solución sostenible que cumpla con los estándares regulatorios futuros y se adapte a los cambios en la calidad del agua.

Las proyecciones del Visor SICMA de la Junta de Andalucía indican que, para 2040, la temperatura podría incrementarse un 5% y la precipitación media diaria podría disminuir un 9%, lo que reducirá las aportaciones al sistema del Guadalquivir.

Ante este panorama, la construcción de una planta de tratamiento avanzado de aguas es vital para asegurar la calidad y continuidad del suministro.

GAESCO, la Asociación de Empresas de Suministro de Aguas, ha expresado su apoyo total al proyecto, considerando que la desalobradora aportará recursos hídricos adicionales que beneficiarán al desarrollo regional y mitigarán los efectos de las sequías.

Según el gerente de GAESCO, Juan Aguilera, este avance situará a Sevilla a la vanguardia de la adopción de tecnologías avanzadas en la gestión del agua.

Paralelamente, Emasesa está construyendo una Planta de Preozonización en la ETAP El Carambolo, la cual representa una inversión de 3,5 millones de euros (cerca de 3,8 millones de dólares) y tiene como objetivo mejorar la calidad del agua en épocas de sequía.

Esta infraestructura se prevé finalizada en un año y permitirá un tratamiento más eficaz del agua que ingresa a la planta a partir de los embalses, asegurando una respuesta adecuada a las futuras demandas hídricas de la población.