El Ayuntamiento de Sevilla multiplica por seis su inversión en control de plagas, garantizando un servicio más eficaz y moderno.

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En Sevilla, el Ayuntamiento ha dado un paso significativo hacia la mejora de la salud pública al iniciar el proceso de licitación de un nuevo contrato para el servicio de control de plagas en la ciudad.

Este servicio, que abarca la desratización, desinfección y desinsectación, cuenta con un presupuesto inicial de 78,000 euros anuales en 2023, cifra que ya había sido aumentada a 160,000 euros para el último trimestre de 2024.

Sin embargo, la nueva licitación marca un antes y un después, ya que se prevé que la inversión total ascienda a 480,000 euros, multiplicando así el presupuesto por más de seis veces en comparación con el año anterior.

Esta decisión refleja el compromiso de la administración local por fortalecer este servicio esencial, que no solo se ocupa del bienestar ciudadano, sino que también tiene un impacto directo en la conservación del medio ambiente.

El aumento de la inversión tiene como objetivo abordar el control de diversos vectores que representan un riesgo para la salud pública, tales como roedores, cucarachas, mosquitos, garrapatas y otros insectos portadores de enfermedades.

El nuevo contrato prevé un enfoque integral que facilite la detección, prevención y eliminación de estos organismos nocivos en espacios públicos, asegurando una intervención más ágil y efectiva.

Además de reforzar la cantidad de recursos, la modernización del servicio incluirá la adopción de nuevas metodologías de tratamiento, enfocadas en el uso de productos más sostenibles y con menor impacto ambiental.

La delegada de Limpieza y Espacio Público, Evelia Rincón, ha subrayado la importancia de esta licitación para mejorar la salubridad en el entorno urbano, afirmando que Sevilla contará con un sistema de control de plagas más eficiente y adaptable a las necesidades actuales de la ciudad.

Una novedad relevante en este nuevo contrato es que abarcará un año natural completo, lo que permitirá un control continuado durante meses en los que, típicamente, las plagas suelen permanecer activas.

Esto es particularmente relevante en el contexto del cambio climático, que está provocando que especies como roedores e insectos mantengan su actividad incluso en los meses más fríos como noviembre, diciembre, enero y febrero.

El contrato también contempla el uso de raticidas de última generación en el control de plagas dentro de las alcantarillas, utilizando productos con una concentración del 0.005 % dedifenacoum, bromadiolona o brodifacoum. Estos compuestos están diseñados para mantener su eficacia a pesar de las condiciones húmedas de las arquetas, garantizando un control más efectivo y duradero, particularmente en el subsuelo de la ciudad.

Las operaciones abarcarán todo el término municipal, prestando especial atención a zonas sensibles como calles, parques, jardines y mercados concurridos.

Un sistema de vigilancia estratégica será establecido para identificar y controlar focos de proliferación antes de que se conviertan en problemas de salud pública.

Asimismo, las áreas donde se apliquen tratamientos pueden ser temporalmente cerradas al público para proteger a personas y mascotas durante la aplicación de venenos.

Las zonas tratadas serán señalizadas para informar sobre los plazos de reingreso seguro y facilitar contactos en caso de emergencias. El seguimiento de las intervenciones se mantendrá constante, realizando revisiones periódicas para garantizar que las infestaciones están bajo control.

Las notificaciones de emergencia serán atendidas en un lapso máximo de 48 horas.

Estos esfuerzos son parte del compromiso del Ayuntamiento de Sevilla, bajo el liderazgo de José Luis Sanz, por garantizar un entorno sano y seguro, así como por la preservación de espacios urbanos y naturales, y en última instancia, por la mejora de la calidad de vida de los sevillanos.