Un nuevo centro de investigación en semiconductores en la Universidad de Stony Brook, respaldado por una inversión de 18 millones de euros, busca fortalecer la industria tecnológica y la seguridad en Estados Unidos, posicionando a Nueva York como un referente en fabricación de chips avanzados.

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La inversión total prevista para este proyecto es de aproximadamente 18 millones de euros (equivalente a 20 millones de dólares), destinados a construir un centro de investigación y desarrollo de última generación dedicado a los #semiconductores de carburo de silicio (SiC), un componente clave para la fabricación de vehículos eléctricos más eficientes y sistemas de energía más sostenibles.

Esta iniciativa supone una respuesta a la creciente demanda global de semiconductores avanzados, que son esenciales para tecnologías como la inteligencia artificial, la electrificación y la automatización industrial.

El carburo de silicio, en particular, se ha convertido en un material estratégico debido a su capacidad para soportar altas temperaturas y voltajes, facilitando la creación de dispositivos electrónicos más potentes y eficientes.

Presuntamente, la tendencia mundial apunta a que en los próximos años la producción de estos semiconductores aumentará significativamente, y Estados Unidos busca consolidar su liderazgo en esta área tecnológica.

El centro será ubicado en el campus de ingeniería de la universidad y contará con financiamiento conjunto: aproximadamente 13 millones de euros (14.5 millones de dólares) serán aportados por la propia universidad, mientras que la empresa onsemi, líder estadounidense en la fabricación de semiconductores de carburo de silicio, invertirá cerca de 7 millones de euros (8 millones de dólares) en equipamiento y operaciones.

Además, se estima que la agencia estatal Empire State Development aportará hasta 1.8 millones de euros (2 millones de dólares) mediante una subvención capital.

Supuestamente, esta colaboración permitirá a investigadores y estudiantes trabajar en el crecimiento, procesamiento y medición de cristales de carburo de silicio, con el objetivo de reducir costos, mejorar la calidad del material y acelerar la adopción de estos componentes en aplicaciones de alto rendimiento.

La iniciativa también contempla la firma de acuerdos con empresas industriales, centros de investigación y laboratorios académicos para facilitar la transferencia tecnológica y la formación de talento especializado.

El liderazgo del proyecto estará a cargo del profesor Michael Dudley, quien cuenta con más de 30 años de experiencia en crecimiento y metrología de cristales de SiC.

Supuestamente, su equipo desarrollará técnicas innovadoras para mejorar la calidad y tamaño de los cristales, lo que a largo plazo podría reducir los costos de producción en un 30-40%, según estimaciones no confirmadas.

Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia de #Nueva York para convertirse en un centro clave en la fabricación de chips y componentes electrónicos avanzados

Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia de Nueva York para convertirse en un centro clave en la fabricación de chips y componentes electrónicos avanzados, en línea con iniciativas similares en Taiwán, Corea y Europa.

La visión de las autoridades es que esta inversión en investigación y formación genere una economía más resiliente, con una cadena de suministro local y empleos de alta calidad.

La creación de este centro también tendrá un impacto en la educación, ya que se desarrollarán programas de formación para estudiantes de pregrado y posgrado enfocados en semiconductores de banda ancha amplia y tecnologías relacionadas.

Se espera que en 2027, cuando el centro esté plenamente operativo, puedan realizarse avances significativos en el crecimiento y caracterización de cristales de SiC, contribuyendo a que Estados Unidos mantenga su competitividad en la industria global de chips.

Desde el punto de vista histórico, es relevante recordar que Estados Unidos dominó la producción de semiconductores durante varias décadas, pero en los últimos años ha visto una migración de la manufactura hacia Asia, principalmente Taiwán y Corea del Sur.

La reciente inversión en Nueva York representa una estrategia para revertir esa tendencia y crear un ecosistema local que pueda responder a las futuras demandas tecnológicas y de seguridad nacional, supuestamente ante las amenazas de dependencia de actores extranjeros.

En conclusión, esta iniciativa simboliza un compromiso del estado de Nueva York y del gobierno federal para impulsar la #innovación tecnológica, fortalecer la seguridad y crear empleos especializados en una industria que se prevé será fundamental en la economía del siglo XXI.