El pontífice pide revitalizar las instituciones globales, promover el diálogo y reducir el armamento para construir un mundo más justo y pacífico.

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El Papa León XIV hizo un llamamiento este viernes a fortalecer la diplomacia multilateral y a promover una mayor cooperación entre las naciones para afrontar los desafíos globales.

En su discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el pontífice resaltó la importancia de dejar atrás la producción de armas y otros instrumentos de destrucción, si realmente se busca alcanzar una paz duradera.

Durante su intervención, León XIV subrayó que la solución a los conflictos internacionales debe comenzar en el corazón de las personas y en las instituciones que representan a la comunidad global.

Mencionó específicamente los conflictos en Ucrania y en Tierra Santa como ejemplos de la necesidad urgente de diálogo y entendimiento mutuo. Además, defendió el papel de la Santa Sede como una entidad que, guiada por una misión pastoral, busca no privilegios sino servir como mediadora en los conflictos mundiales, impulsada por una urgencia evangélica y un compromiso con la justicia.

El Papa recordó que su predecesor, el Papa Francisco, fue un incansable defensor de los pobres, los marginados y los desafíos de nuestro tiempo, desde la protección del medio ambiente hasta la regulación de la inteligencia artificial.

En este contexto, León XIV afirmó que la Iglesia busca seguir siendo una voz activa que apela continuamente a las conciencias y al sentido de responsabilidad de los líderes mundiales.

Ante representantes de 184 países con los que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas, el pontífice compartió una visión personal, basada en su experiencia de vida viajando por América del Norte, América del Sur y Europa.

Desde esa perspectiva, resaltó que su misión como líder de la Iglesia Católica es acercarse a cada pueblo y a cada persona, promoviendo la búsqueda de justicia, verdad y paz, y construyendo puentes de entendimiento en un mundo cada vez más fragmentado.

Para lograr la paz, León XIV explicó que es fundamental trabajar en el plano interno, en el corazón de cada individuo, eliminando el orgullo y las reivindicaciones que alimentan los conflictos.

Además, resaltó que las palabras pueden herir y matar tanto como las armas, por lo que el uso del lenguaje en el diálogo y en las relaciones internacionales debe ser cuidadosamente medido y respetuoso.

El pontífice también destacó el papel crucial que desempeñan las religiones y el diálogo interreligioso en la construcción de una cultura de paz.

La cooperación entre diferentes tradiciones espirituales puede contribuir a crear un entorno de respeto mutuo y comprensión, elementos esenciales para evitar confrontaciones y fomentar la reconciliación.

No obstante, León XIV afirmó que todo esto requiere una verdadera voluntad de diálogo y de encontrar puntos en común más que en la confrontación.

En esta línea, hizo un llamado a revitalizar la diplomacia multilateral y las instituciones internacionales, que fueron concebidas para gestionar y resolver los conflictos en el escenario global.

La cooperación internacional, según el Papa, es la vía más efectiva para abordar problemas que trascienden las fronteras nacionales.

Asimismo, el pontífice insistió en la urgente necesidad de dejar de producir armas y otros instrumentos de muerte. Recordó las palabras del Papa Francisco en su último mensaje Urbi et Orbi, en las que señalaba que la paz no puede lograrse sin un verdadero desarme.

La carrera armamentística, explicó León XIV, solo alimenta la violencia y la inseguridad, y no contribuye a la protección de los pueblos.

Por último, el Papa reiteró la importancia de que la Iglesia Católica siga levantando su voz frente a los desequilibrios y las injusticias que generan condiciones laborales indignas y sociedades cada vez más divididas.

La paz, concluyó, requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores sociales, políticos y religiosos, en la búsqueda de un mundo más justo, solidario y pacífico.