Kirsty Coventry, ex nadadora olímpica de Zimbabue, se convirtió en la primera mujer y la primera de África en presidir el COI, enfrentando desafíos globales y temas internos relacionados con la igualdad y la participación deportiva.

La ex nadadora olímpica de Zimbabue, de 41 años y doble medallista de oro, asume el cargo en un momento de gran complejidad para el movimiento olímpico, enfrentando múltiples retos tanto a nivel global como interno.
Coventry, que además es la presidenta más joven en ocupar ese puesto desde los tiempos de Pierre de Coubertin, quien tenía 33 años cuando fundó los Juegos Olímpicos modernos, tendrá la responsabilidad de liderar una organización en medio de un entorno político mundial cada vez más volátil.
La incertidumbre geopolítica, los conflictos internacionales y las crisis sociales que afectan a diversas naciones influyen en la estabilidad y la organización de los Juegos Olímpicos.
Un tema que marcará la gestión de Coventry será la relación con países cuyo acceso a participar en los Juegos puede verse afectado por disputas políticas y restricciones.
Estados Unidos, por ejemplo, organizará los Juegos de Los Ángeles en 2028, con participantes de 209 países. Sin embargo, restricciones de visas y conflictos diplomáticos han impedido la entrada de atletas en eventos recientes, como sucedió con equipos de Cuba y Senegal en eventos previos relacionados con los Estados Unidos.
Desde su elección en marzo pasado, Coventry ha declarado su compromiso con la inclusión, la igualdad y la protección de los derechos de las deportistas.
La nueva presidenta ha expresado que defenderá los valores olímpicos, incluyendo la paridad de género y la protección del deporte femenino, en un contexto donde la discusión sobre la elegibilidad de atletas transgénero y con diferencias en el desarrollo sexual genera controversia.
Uno de los principales desafíos internos será elaborar un marco normativo unificado para las federaciones internacionales respecto a la participación de atletas transgénero, un aspecto que actualmente genera confusión y discrepancias.
Un proceso que será especialmente importante por incorporar criterios en materia de #derechos humanos y sostenibilidad
Coventry también tendrá que afrontar la decisión de la sede de los Juegos de 2036, un proceso que será especialmente importante por incorporar criterios en materia de derechos humanos y sostenibilidad.
En su discurso de bienvenida, Coventry destacó que su liderazgo buscará mantener la relevancia del movimiento olímpico frente a los cambios en los medios de comunicación y el interés de las nuevas generaciones, incluyendo posibles alianzas con los e-sports y otros formatos digitales.
La organización busca diversificar y modernizar su imagen para atraer a un público más joven y global.
Dentro del escenario internacional, la relación con Rusia y Bielorrusia será otro de sus grandes retos. Tras la invasión a Ucrania, estas naciones fueron excluidas temporalmente de los Juegos Olímpicos, y su reinstalación será objeto de profundas discusiones políticas y deportivas.
La postura de Coventry sobre la participación de estos países será vigilada de cerca, especialmente ante las presiones del Kremlin, cuyo liderazgo ha felicitado públicamente a la nueva presidenta.
A nivel financiero, Coventry tendrá que fortalecer las relaciones con patrocinadores y patrocinadoras, ya que estos aportaron más de 1.300 millones de dólares en la última edición de los Juegos de París, equivalentes a aproximadamente 1.100 millones de euros. La organización también considerará ampliar su base de sponsors en un entorno donde los medios de comunicación digitales y las plataformas sociales son fundamentales para captar la atención del público.
Finalmente, su liderazgo representará un cambio de paradigma en la forma en que el #COI trabaja, promoviendo una mayor participación de sus miembros en la toma de decisiones y adoptando un enfoque más inclusivo y transparente.