
Cerca de dos millones de docenas de huevos de gallina de diferentes marcas y distribuidos en múltiples estados estadounidenses han sido retirados voluntariamente del mercado debido a un brote de salmonella que ha afectado a numerosas personas. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los centros de control de enfermedades han vinculado estos productos con casos de intoxicación alimentaria, resultando en hospitalizaciones y preocupaciones sobre la seguridad alimentaria.