El gobierno de Nueva York anuncia una importante partida de fondos para renovar y mejorar las instalaciones de agua y alcantarillado en varias comunidades, con el objetivo de garantizar acceso a agua limpia y segura sin que los costes afecten a los residentes.

El gobernador Kathy Hochul ha presentado hoy un plan de inversión que pone a disposición aproximadamente 160 millones de euros (equivalente a 176 millones de dólares estadounidenses) destinados a apoyar a más de una decena de comunidades en el estado de Nueva York en la realización de proyectos críticos de mejora en sus sistemas de agua y alcantarillado.

Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo mayor por modernizar la infraestructura hídrica y garantizar que todos los residentes tengan acceso a agua potable segura y de calidad.

La Junta del Environmental Facilities Corporation (EFC) aprobó una serie de financiamientos a bajo coste y subvenciones tanto estatales como federales, que permiten a los gobiernos locales llevar a cabo renovaciones esenciales, como la sustitución de líneas de servicio que contienen plomo y la eliminación de contaminantes emergentes en el agua potable.

La finalidad principal es evitar que estos costos sean trasladados a los consumidores, protegiendo así la salud pública, el medio ambiente y promoviendo la creación de empleos bien remunerados.

Supuestamente, esta inversión también ayuda a reducir los riesgos futuros asociados al envejecimiento de las infraestructuras y fomenta un desarrollo más sostenible.

La medida incluye una subvención estatal bajo el programa LIFT (Lead Infrastructure Forgiveness and Transformation), que cuenta con un fondo de 140 millones de euros (equivalente a 154 millones de dólares).

Por ejemplo, en la ciudad de Syracuse, se destinaron aproximadamente 19,9 millones de euros (22 millones de dólares) para reemplazar cerca de 2.300 líneas de plomo, en el marco de un esfuerzo estatal que busca eliminar estas corrosivas conducciones de la red de suministro.

Estos fondos también se canalizan a través de los fondos estatales de respaldo para agua limpia y alcantarillado, que ofrecen préstamos a largo plazo con intereses muy bajos para facilitar la realización de proyectos de reparación, modernización y rehabilitación de infraestructuras obsoletas.

La importancia de estos fondos es vital, ya que permiten a las comunidades afrontar la creciente demanda de mantenimiento y renovación de sus sistemas de agua, evitando fallos que podrían tener consecuencias devastadoras para el entorno y la salud.

Presuntamente, estos programas han sido fortalecidos por la Ley de Infraestructura y Empleo Bipartidista (IIJA), que ha aportado fondos adicionales, logrando que en el año fiscal 2025 se destinen más de 3.200 millones de euros (unos 3.500 millones de dólares) en ayuda financiera para proyectos en todo el estado. Desde 2017, Nueva York ha invertido aproximadamente 5,8 mil millones de euros (6.3 mil millones de dólares) en infraestructura hídrica, con el compromiso de seguir mejorando las condiciones del agua y garantizar un suministro seguro para las futuras generaciones.

Los proyectos beneficiarán a diversas regiones, incluyendo la zona del Valle de Finger Lakes, Long Island, y el Norte del Estado, con trabajos que abarcan desde la instalación de sistemas avanzados de filtración para eliminar PFAS, hasta la construcción de nuevas redes de distribución y mejoras en plantas de tratamiento.

En Long Island, por ejemplo, se destinaron 4,2 millones de euros (4,6 millones de dólares) para la instalación de sistemas de carbono activado en los distritos de Jericho y Albertson, con el fin de eliminar estos compuestos nocivos.

Supuestamente, la renovación de estas instalaciones contribuirá a disminuir los costos operativos a largo plazo, además de generar ahorros en intereses para las comunidades mediante refinanciamientos en condiciones favorables.

La previsión es que estos financiamientos ahorren a los contribuyentes unos 13 millones de euros (14 millones de dólares) en gastos por intereses durante la vida útil de los préstamos.

El presidente del EFC, Maureen A. Coleman, afirmó que estas inversiones no solo representan mejoras físicas en las infraestructuras, sino que también fortalecen la salud, seguridad y economía de las comunidades a lo largo del estado.

La comisionada del Departamento de Conservación Ambiental, Amanda Lefton, resaltó que estos fondos permiten eliminar contaminantes peligrosos y modernizar las redes de agua, lo cual supone un avance significativo en la protección del medio ambiente.

Por su parte, el secretario de Estado, Walter T. Mosley, subrayó que Nueva York continúa siendo pionera en la inversión en agua potable, fortaleciendo la seguridad y la calidad de vida de sus residentes.

Desde el inicio del programa en 2017, se ha logrado una inversión total de aproximadamente 5.8 mil millones de euros (6.3 mil millones de dólares), y con los fondos aprobados hoy, se espera seguir avanzando en la eliminación de riesgos asociados a infraestructuras envejecidas y contaminantes emergentes.

En resumen, esta ambiciosa inversión demuestra el compromiso del estado de Nueva York con la salud pública, la sostenibilidad y el crecimiento económico, asegurando que todas las comunidades puedan disfrutar de agua limpia y segura sin que ello suponga un coste excesivo para sus residentes.

Además, refuerza la posición del estado como líder en innovación y desarrollo en materia de infraestructura hídrica en Estados Unidos.