La gobernadora Kathy Hochul anuncia una política que limitará el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas públicas y chárter del estado, con el objetivo de crear entornos educativos más focalizados y seguros a partir del ciclo escolar 2025-26.
En un movimiento que promete transformar el ambiente en las instituciones educativas de Nueva York, la gobernadora Kathy Hochul ha destacado el impulso creciente para implementar escuelas sin distracciones durante el próximo ciclo escolar 2025-26.
Según supuestamente informó Hochul, casi 150 distritos escolares de todo el estado ya han presentado sus planes para restringir el uso de teléfonos inteligentes durante toda la jornada escolar, mucho antes de la fecha límite establecida por la ley estatal, que es el 1 de agosto.
Este fenómeno de presentaciones anticipadas ocurrió apenas una semana después de que el Departamento de Educación del Estado de Nueva York (NYSED) enviara una encuesta a los líderes de los distritos, instándolos a remitir sus políticas de entornos libres de distracciones.
La medida forma parte de una estrategia mayor para reducir las distracciones en las aulas, en línea con la reciente legislación estatal que busca priorizar el aprendizaje y la salud mental de estudiantes y docentes.
Supuestamente, la gobernadora Hochul también lanzó un sitio web oficial dedicado a facilitar la implementación de estas políticas. En dicho portal, se ofrecen preguntas frecuentes, recursos informativos y herramientas para que los distritos puedan diseñar una política adecuada a sus necesidades.
La iniciativa busca además responder a preocupaciones acerca de la seguridad y la comunicación, garantizando que los padres puedan contactar a sus hijos en cualquier momento del día.
La propuesta establece que se prohibirá el uso no autorizado de teléfonos inteligentes y otros dispositivos con conexión a Internet en todos los niveles educativos, desde primaria hasta secundaria, durante toda la jornada escolar.
Esto incluye el horario de clases, almuerzos y periodos de estudio. Sin embargo, se permitirá que las escuelas desarrollen sus propios planes para el almacenamiento de estos dispositivos, brindando así flexibilidad a los administradores y docentes para adaptarse a las particularidades de cada comunidad.
Además, la iniciativa contempla un fondo de aproximadamente 12.2 millones de euros (equivalente a unos 13.5 millones de dólares en su moneda original) destinado a ayudar a las instituciones que requieran adquirir soluciones de almacenamiento para teléfonos y otros dispositivos.
La intención es facilitar la creación de entornos menos distractores sin que ello afecte la seguridad o la comunicación en emergencias.
La política también contempla excepciones, como el uso de teléfonos sencillos sin conexión a internet para fines específicos, y dispositivos con conexión autorizados por la escuela, como computadoras portátiles o tabletas educativas.
Se reconocen además las necesidades especiales de ciertos estudiantes que requieren acceso a dispositivos para manejar condiciones médicas o necesidades académicas específicas, en línea con sus Programas Educativos Individualizados (IEP).
Supuestamente, la gobernadora Hochul participó en una gira estatal de consulta con docentes, padres y estudiantes, en la que presentó su informe “Más aprendizaje, menos desplazamiento: Creando escuelas sin distracciones”.
En dicho informe, se argumenta que los teléfonos inteligentes distraen a los alumnos, dificultando su concentración y creatividad, además de afectar su salud mental.
Históricamente, la preocupación por el uso de tecnología en las aulas no es nueva en Nueva York. Desde los años 80, cuando las primeras computadoras portátiles comenzaron a introducirse en las escuelas públicas, las autoridades educativas han buscado equilibrar los beneficios tecnológicos con los riesgos de distracción y dependencia.
La reciente legislación representa un paso más en esa dirección, priorizando entornos de aprendizaje más concentrados y seguros.
Supuestamente, figuras como la senadora estatal Shelley B. Mayer y el senador John Liu han expresado su apoyo a la medida, destacando que esta iniciativa puede reducir las distracciones y promover una mayor participación en actividades presenciales, como deportes y clubes escolares.
Ambos políticos resaltaron que la participación de los estudiantes, docentes y padres en la creación de estas políticas será crucial para su éxito.
En definitiva, esta nueva normativa en Nueva York refleja una tendencia global hacia entornos educativos más centrados en la interacción y el aprendizaje sin interrupciones digitales, con la esperanza de mejorar el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes en los próximos años.