La celebración de la Ryder Cup en Bethpage Black atraerá a más de 250,000 espectadores y generará más de 185 millones de euros en beneficios para el estado de Nueva York, consolidando su posición como referente en eventos deportivos internacionales.
El estado de Nueva York se prepara para uno de los eventos deportivos más destacados del calendario global, ya que la 45.ª edición de la Ryder Cup se celebrará en el icónico campo de golf Bethpage Black, en Long Island, del 23 al 28 de septiembre. La gobernadora Kathy Hochul anunció que se espera la llegada de más de 250.000 espectadores durante el evento, que promete no solo ofrecer emocionantes partidos, sino también representar un impulso económico para la región.
Supuestamente, la Ryder Cup 2025 generará un impacto económico superior a los 200 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 185 millones de euros, en toda el estado de Nueva York.
Este evento bienal, que enfrenta a los mejores equipos de golf de EE. UU. y Europa, es uno de los más prestigiosos en el mundo del deporte, y la elección de Bethpage Black como sede refleja la importancia que la PGA of America otorga a este campo, considerado uno de los mejores y más desafiantes del planeta.
Desde que en 2013 se anunció que el parque estatal sería el anfitrión, supuestamente se han invertido millones en infraestructura y mejoras para garantizar una experiencia de primera clase, incluyendo una de las construcciones temporales más grandes en la historia del golf, con una extensión de más de 30 kilómetros de cercas y estructuras, y un estadio con capacidad para 5,000 espectadores.
La planificación, que ha durado casi 12 años, ha involucrado a empleados estatales, socios y expertos en organización de eventos, con la finalidad de convertir a Bethpage en un escenario digno de un evento de esta magnitud.
Además de la competencia, los visitantes tendrán la oportunidad de explorar toda la riqueza cultural y turística de Long Island y Nueva York. Desde las famosas calles de Broadway en Manhattan, con sus espectáculos de renombre mundial, hasta las playas y pueblos históricos en Long Island, la región se prepara para recibir a los asistentes con una oferta variada en gastronomía, entretenimiento y cultura.
Se espera que el evento sirva también para potenciar el turismo local, impulsando a pequeños negocios, hoteles y restaurantes.
Supuestamente, el impacto en la economía local será aún mayor gracias a actividades complementarias como ferias gastronómicas y exhibiciones de productos agrícolas, promovidas por la iniciativa Taste NY.
En la zona de aficionados, se destacará