La agencia espacial estadounidense toma decisiones internas para limitar la participación de ciudadanos chinos en sus proyectos, en medio de la creciente rivalidad espacial entre EE. UU. y China.

La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha comenzado a implementar nuevas medidas que restringen la participación de ciudadanos chinos en sus programas espaciales, una decisión que marca una etapa más en la competencia espacial entre Estados Unidos y China.

Según informaciones presuntamente filtradas por Bloomberg, la agencia ha tomado decisiones internas para impedir que ciudadanos chinos puedan unirse a sus proyectos, incluso si poseen visas estadounidenses.

Hasta hace poco, los ciudadanos chinos que residían en Estados Unidos y tenían visas válidas podían colaborar en tareas relacionadas con la investigación, ya fuera como contratistas o estudiantes en programas de investigación.

Sin embargo, no se les permitía ser empleados oficiales de la NASA, una restricción que ahora parece haber sido reforzada con medidas más estrictas.

Supuestamente, estas acciones buscan garantizar la seguridad de la infraestructura y la información sensible de la agencia, en un contexto donde la rivalidad espacial entre EE.

UU. y China se intensifica. La portavoz de la NASA, Bethany Stevens, afirmó en una declaración que la agencia ha tomado medidas internas relacionadas con los ciudadanos chinos, incluyendo la restricción del acceso físico y digital a sus instalaciones, materiales y redes, con el objetivo de proteger sus proyectos y datos.

Estos cambios se producen en un momento en el que la carrera espacial global se ha convertido en una de las principales prioridades de las grandes potencias.

China, que ha logrado avances significativos en los últimos años con sus misiones lunares y su programa de exploración marciana, presuntamente busca consolidar su presencia en el espacio como una de sus principales políticas estratégicas.

Por su parte, Estados Unidos mantiene su liderazgo en tecnología espacial, con proyectos como la futura misión Artemis, que pretende volver a llevar humanos a la Luna, y avances en satélites y exploración de asteroides.

La decisión de la NASA de limitar la participación de ciudadanos chinos puede ser vista como una medida para evitar posibles amenazas de seguridad y espionaje, en un contexto donde las tensiones geopolíticas afectan también al sector espacial.

Supuestamente, esta tendencia no solo refleja una preocupación por la seguridad, sino también una intensificación de la rivalidad tecnológica y militar que caracteriza las relaciones internacionales en la actualidad.

La cooperación en el espacio, que en el pasado era vista como un campo de colaboración global, ahora parece estar siendo reemplazada por una estrategia de autoprotección y competencia.

Mientras tanto, expertos en política espacial indican que estas medidas podrían tener implicaciones a largo plazo para la internacionalización de la exploración espacial, limitando la colaboración con instituciones chinas y posiblemente afectando futuros acuerdos y proyectos conjuntos.

En definitiva, la decisión de la NASA de restringir la participación de ciudadanos chinos en sus programas espaciales refleja un cambio en la estrategia de Estados Unidos frente a China en el ámbito espacial, en un momento en que la carrera por la supremacía en el cosmos continúa en auge, con inversiones millonarias y avances tecnológicos que presuntamente marcarán el rumbo del futuro de la exploración humana en el espacio.

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