La compañía Meta ha desarrollado un brazalete que, mediante tecnología de electromiografía, puede interpretar las señales musculares para controlar dispositivos sin necesidad de mover un dedo. Este avance podría transformar la forma en que interactuamos con la tecnología en los próximos años.
En un anuncio que ha generado gran expectativa en el mundo tecnológico, Meta supuestamente ha presentado un brazalete revolucionario que permite controlar dispositivos electrónicos simplemente con la intención mental, sin necesidad de realizar movimientos físicos.
Este dispositivo, que ha sido detallado en un artículo de investigación publicado recientemente en la revista Nature, representa un avance significativo en la interacción hombre-máquina.
Supuestamente, el brazalete funciona detectando las señales eléctricas que viajan desde el cerebro a los músculos, especialmente en el antebrazo. La tecnología, basada en electromiografía (EMG), capta estas señales justo antes de que los músculos reaccionen, permitiendo que el usuario controle computadoras, teléfonos inteligentes y otros dispositivos con solo pensar en la acción.
La idea de controlar la tecnología sin tocarla no es nueva, pero este dispositivo de Meta presuntamente lleva esa idea al siguiente nivel, permitiendo una interacción más natural y fluida.
El dispositivo tiene un aspecto similar a un reloj grande y se ajusta alrededor de la muñeca. Los investigadores de Meta, supuestamente del equipo de Reality Labs, han entrenado el sistema con datos de aproximadamente 10,000 personas que usaron prototipos del brazalete.
Gracias a algoritmos de inteligencia artificial, el sistema aprende a reconocer patrones específicos de las señales musculares asociados a diferentes movimientos o intenciones.
Esto significa que incluso un usuario nuevo puede comenzar a usar el dispositivo sin necesidad de enseñarle previamente cómo debe comportarse.
El vicepresidente de investigación de Meta, Thomas Reardon, explicó que no es necesario que la persona mueva físicamente su cuerpo, sino que solo debe tener la intención de hacerlo.
Por ejemplo, si una persona piensa en mover el dedo o girar la muñeca, el brazalete detecta esas señales y ejecuta la acción correspondiente en el dispositivo conectado.
Este avance abre un mundo de posibilidades en diferentes ámbitos. Desde navegar por una pantalla simplemente con un giro de la muñeca, hasta abrir aplicaciones o escribir mensajes en el aire trazando letras, como si se utilizara un lápiz invisible.
Además, supuestamente, el dispositivo puede interpretar las intenciones incluso antes de que la persona empiece a mover los músculos, lo que lo hace especialmente eficiente y rápido.
El desarrollo de esta tecnología no solo tiene aplicaciones en personas sanas, sino que también puede ser un gran apoyo para individuos con lesiones en la médula espinal o discapacidades motrices.
Investigadores de Carnegie Mellon, por ejemplo, estarían probando el brazalete con pacientes con lesiones medulares para facilitar su interacción con las computadoras y mejorar su calidad de vida.
Aunque muchos han especulado que este dispositivo podría leerse como si tuviera la capacidad de leer mentes, Reardon ha aclarado que eso no es así.
Según él, el brazalete no lee pensamientos, sino que traduce las intenciones, lo cual es un enorme paso en la interfaz cerebro-máquina.
Supuestamente, Meta tiene planes de comercializar este producto en los próximos años, aunque aún está en fase experimental. Los costos del brazalete, convertidos a euros, estarían estimados en torno a 1.200 euros, aunque todavía no hay una confirmación oficial sobre el precio final.
Este avance tecnológico, que combina hardware innovador con inteligencia artificial avanzada, podría marcar un antes y un después en la historia de la interacción digital.
Desde la historia de la computación, que comenzó con las primeras calculadoras mecánicas en la década de 1940, hasta los modernos dispositivos inteligentes, la humanidad siempre ha buscado maneras más eficientes de comunicarse con la máquina.
La introducción de un brazalete que lee las intenciones humanas sin necesidad de movimientos físicos es, presuntamente, el siguiente gran paso en esa evolución.