Un equipo de científicos ha sido galardonado por su trabajo en aplicar inteligencia artificial para entender las llamadas y signos de los delfines, acercándonos a la posibilidad de comunicarnos con ellos en su propio idioma. Este avance abre nuevas fronteras en el estudio de la comunicación interspecies y en la protección de los animales marinos.
Un grupo de investigadores está dando pasos importantes en el campo de la comunicación interspecies mediante el uso de inteligencia artificial (IA). La iniciativa, que ha sido reconocida recientemente con el prestigioso Premio Coller Dolittle por su aportación a la comprensión del lenguaje animal, se centra en descifrar el significado de los sonidos producidos por los delfines, en particular los de especies como el familiar tursiops truncatus, conocidos por su notable inteligencia.
Los delfines utilizan diferentes tipos de sonidos, entre ellos los silbidos característicos y otros enigmáticos que suponen aproximadamente la mitad de sus llamadas.
Aunque los científicos han identificado los silbidos que funcionan como una especie de nombres personales, llamándolos ‘silbidos firma’, aún se conoce poco sobre las llamadas que no tienen esas características distintivas, conocidas como 'silbidos no firma'.
Estos podrían ser equivalentes a palabras con significados específicos contextuales, algo que la comunidad científica busca confirmar mediante el análisis de patrones.
El trabajo, llevado a cabo por expertos del Instituto de Oceanografía de Woods Hole (Massachusetts) y el Programa de Investigación de Delfines de Sarasota (Florida), utiliza algoritmos de IA para analizar grandes volúmenes de datos acústicos recogidos en más de 50 años de estudio, que incluyen información de más de 300 delfines en estado salvaje.
Al aplicar técnicas avanzadas de reconocimiento de patrones, los investigadores intentan comprender las reglas, estructura y significado de estas comunicaciones, no solo identificando los sonidos, sino también interpretando qué representan para los delfines.
Este estudio no solo busca entender cómo se organizan los mensajes para formar una especie de 'lenguaje' interno, sino también cómo responder a esas señales.
La idea es presentar ciertos sonidos a los delfines y observar sus reacciones, en diferentes contextos sociales y ambientales, lo cual permitirá, con el tiempo, construir una especie de diccionario de su comunicación.
El jefe del equipo, Frants Havmann Jensen, afirmó que una de las claves de la investigación es el uso de la IA para detectar automáticamente nuevos tipos de silbidos y patrones de uso.
La capacidad de procesar enormes cantidades de datos es fundamental para detectar matices y relaciones que serían difíciles de distinguir por análisis manual.
Por ejemplo, el equipo de la Universidad de Washington en San Luis, Missouri, liderado por Sophie Cohen-Bodénès, trabaja en el análisis del lenguaje de los pulpos, en particular en los movimientos de sus brazos, que podrían funcionar como una forma de lenguaje de señas, usando también IA para interpretar los signos y entender su significado.
A pesar de los avances, algunos expertos muestran cierto escepticismo. Yovel, por ejemplo, señala que aunque la IA facilita la detección de patrones, todavía hay limitaciones para interpretar con precisión los significados y la complejidad de los sistemas de comunicación animal en comparación con el lenguaje humano, que es extraordinariamente sofisticado.
El interés en estos estudios radica en entender no solo las capacidades comunicativas de los animales, sino también en adquirir una comprensión más profunda de la evolución del lenguaje en todas las especies.
Históricamente, la comunicación animal ha sido vista como mucho más simple, pero investigaciones recientes demuestran que algunos sistemas, como el de los delfines, son significativamente más complejos de lo que se pensaba antes.
Este tipo de avances no solo aporta conocimientos científicos, sino que también tiene implicaciones en la conservación marina, permitiendo mejorar las estrategias de protección y bienestar de los animales.
La integración de tecnología y biología en este campo abre nuevas posibilidades para una coexistencia más respetuosa y comprensiva entre humanos y especies marinas, permitiendo quizás en un futuro cercano una comunicación más efectiva con estas criaturas inteligentes.