Primeras Naciones en Ontario se preparan para la tradicional caza de ocas de primavera, preocupados por la propagación de la gripe aviar en la región.

En el noreste de Ontario, las Primeras Naciones están en plenos preparativos para la caza de ocas de primavera, una tradición cultural de gran relevancia para las comunidades cree de la región.

Sin embargo, este año el ambiente es de ansiedad debido a la reciente aparición de casos de gripe aviar en el sur de Ontario. La última vez que se detectó un caso positivo en el noreste fue en un pato en septiembre, cerca de Matheson.

La Coooperativa Canadiense de Salud de la Fauna, asociada a la Universidad de Guelph, se ocupa de monitorear la propagación de esta enfermedad aviar.

Con la ayuda de voluntarios que recolectan aves muertas o afectadas, mantienen una base de datos accesible desde su página web, donde se pueden ver los casos más recientes.

En 2022, se reportaron contagios en aves silvestres en Sudbury y North Bay, lo que ha levantado una serie de preocupaciones entre los cazadores locales.

El patólogo de vida silvestre Brian Stevens ha indicado que hasta el momento no ha conocido nuevos casos positivos este invierno, aunque es posible que el virus esté presente, transportado por aves migratorias.

Esto genera una inquietud adicional entre los cazadores que quieren asegurarse de que sus prácticas no expongan a sus familias a ningún riesgo inhóspito.

"El simple hecho de que no hayamos encontrado casos no significa que el virus no esté presente", comenta Stevens. Asegura que la falta de visualización de aves enfermas podría deberse a la dificultad de localizarlas en áreas remotas, donde no siempre es posible acceder fácilmente para reportar observaciones de aves muertas.

Esta situación subraya la importancia de informar a los cazadores sobre cómo manejar la caza y el procesamiento de las aves bajo condiciones seguras.

Alex Litvinov, un biólogo acuático que trabaja con la Nación Cree de Moose, ha mencionado que ha recibido numerosas consultas sobre la caza de ocas y que muchos en las comunidades creen que la tradición representa más que solo un sustento: se trata de una actividad que fortalece la conexión con la tierra y la cultura.

"La caza de ocas es un rito de paso para los jóvenes", dice Litvinov. "Es una tradición sagrada, y mientras haya aves volando, no dejarán de practicarla".

Pese a sus preocupaciones por la posibilidad de un aumento en la propagación del virus hacia el norte, Litvinov señala que el riesgo de transmisión a los humanos es bajo en este momento.

No obstante, los cazadores desean saber cómo protegerse durante la recolección.

Se aconseja el uso de guantes y protección ocular durante la manipulación de las aves, además de mantener la carne de oca separada de otros tipos de carne, ya que la congelación no elimina el virus.

Litvinov se ofrece a ayudar a quienes encuentren aves muertas o con síntomas extraños, facilitando su reporte a las autoridades correspondientes para pruebas.

Este tipo de eventos no es nuevo, ya que la gripe aviar ha sido una preocupación recurrente en el continente americano. En años anteriores, distintos brotes han afectado tanto a aves silvestres como a aves de corral, lo que ha provocado acciones preventivas por parte de diversas comunidades y agencias de salud.

A medida que la caza de primavera se acerca, el equilibrio entre la tradición y la seguridad sanitaria se convierte en un tema de vital importancia.