Las autoridades y agricultores de Windsor-Essex están en alerta debido a la presencia de huevos de la avispa colorada, una especie invasora proveniente de Asia que amenaza cultivos de vino y fruta. El Centro de Especies Invasoras advierte sobre su rápida propagación y la importancia de detectarla a tiempo.
En Windsor-Essex, la presencia de huevos de la avispa colorada, conocida como Spotted Lanternfly, ha suscitado preocupación entre las autoridades ambientales y los agricultores locales.
Esta especie invasora, oriunda de Asia, se ha ido registrando en diferentes regiones de Norteamérica en los últimos años, y su potencial de daño a los cultivos de vino, frutas y plantas ornamentales ha llevado a que se intensifiquen las labores de vigilancia y detección temprana.
El Centro Canadiense de Especies Invasoras realizó recientemente un taller en el Centro Natural Ojibway, en Windsor, con el objetivo de sensibilizar a la comunidad sobre esta plaga y promover medidas de control.
En las sesiones, se explicó cómo identificar los huevos de esta avispa, los cuales pueden parecer simplemente manchas de barro en superficies exteriores, pero representan una amenaza significativa para la agricultura local.
La avispa colorada, cuyo nombre científico es Lycorma delicatula, ha mostrado una notable capacidad para adaptarse a diferentes tipos de vegetación.
Se alimenta de más de 100 especies, incluyendo vides, árboles frutales, plantas ornamentales y árboles de crecimiento forestal, lo que la convierte en una amenaza para múltiples sectores agrícolas y ecosistemas.
Se estima que, en los últimos dos años, solo se han detectado diez avistamientos en el suroeste de Ontario, incluido un ejemplar que fue aplastado y fotografiado por una residente en Windsor en septiembre de 2024.
Sin embargo, en Estados Unidos, la especie ha estado propagándose desde 2014 por la costa este y hacia el interior, afectando millas de plantaciones y ecosistemas.
Un aspecto preocupante es que los huevos, que se depositan en cualquier superficie estacionaria, permanecen en estado de incubación durante el invierno, y las futuras generaciones podrían emerger en la próxima primavera.
Por ello, las autoridades recomiendan a los residentes y comerciantes que, al cruzar la frontera o al mover objetos externos como madera, herramientas o maquinaria, revisen minuciosamente en busca de estos huevos.
La irrupción de especies invasoras como la Spotted Lanternfly tiene raíces en el comercio internacional y la globalización, que han facilitado su traslado accidental desde Asia.
La introducción de esta avispa en Norteamérica no fue planificada y representa un ejemplo de cómo las acciones humanas alteran los ecosistemas, poniendo en riesgo especies nativas y la economía agrícola.
Para combatir la amenaza, el gobierno local y provincial han puesto en marcha medidas de control, incluyendo la aplicación de herbicidas en zonas de vegetación no nativa, como honeysuckles, zarzamoras europeas y otros arbustos invasores, hasta marzo de 2026.
Estas acciones buscan limitar la proliferación de plantas que sirven de refugio y alimento para la plaga.
Desde el Consejo de Agricultura de Windsor-Essex, se insta a la comunidad a colaborar reportando cualquier avistamiento de esta avispa, enviando fotografías y, si es posible, capturando ejemplares en bolsas plásticas para su análisis.
La detección temprana resulta fundamental para evitar que esta especie invasora tome posesión definitiva y cause daños irreparables en los cultivos y biodiversidad local.
Históricamente, la introducción de especies exóticas en nuevos territorios ha provocado desequilibrios ecológicos y pérdidas económicas. Un ejemplo emblemático es el cangrejo de río en Norteamérica, que desde su llegada en el siglo XIX alteró especies nativas, o la invasión de la hormiga Argentina, que afecta ecosistemas y actividades agrícolas.
En conclusión, la vigilancia ciudadana, el conocimiento y la acción coordinada entre instituciones y comunidad son la clave para evitar que la avispa colorada se convierta en una plaga descontrolada en Windsor-Essex y otras regiones de Canadá.
La conciencia sobre estas especies y la colaboración activa pueden marcar la diferencia en la protección del patrimonio agrícola y natural de la región.