El presidente de EE. UU. adquiere un Tesla Model S Plaid, generando debate sobre la influencia de Elon Musk en la política.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido dar un paso inesperado al adquirir un flamante Tesla Model S Plaid, que fue estacionado en la entrada de la Casa Blanca.

Esta decisión parece reflejar un apoyo implícito a la compañía de vehículos eléctricos de Elon Musk, una figura que ha estado en el centro del debate político en los últimos meses.

Trump hizo su elección después de que Musk alineara varios modelos Tesla frente al césped sur de la Casa Blanca. Este movimiento ha generado reacciones mixtas, especialmente en un contexto donde Musk ha sido objeto de críticas por sus dobles funciones: como CEO de Tesla y como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental bajo la administración de Trump.

Desde las elecciones, las acciones de Tesla han experimentado una caída significativa, en parte debido a la creciente participación política de Musk y sus controvertidos esfuerzos por reducir programas gubernamentales.

Sin embargo, el martes, después de la compra de Trump, las acciones de Tesla vieron un repunte. El presidente afirmó que cualquier acto violento contra los concesionarios de Tesla sería considerado como terrorismo doméstico, una declaración que sin duda resonó en el sector.

El Tesla Model S Plaid, que Trump eligió, es conocido por su impresionante rendimiento, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 1.99 segundos y con una autonomía de aproximadamente 563 kilómetros. El precio de este modelo es de 94,990 dólares, que al cambio actual equivale a alrededor de 88,000 euros. Esta adquisición no solo pone de relieve el interés de Trump en la tecnología de vehículos eléctricos, sino que también podría ser vista como un intento de distanciarse de la controversia que rodea a Musk.

La relación entre Trump y Musk ha sido compleja desde el inicio de la administración. Musk, quien ha sido un defensor abierto de innovaciones tecnológicas, también ha enfrentado críticas por su enfoque en la reducción de regulaciones que, según algunos, podrían poner en riesgo el bienestar público.

Sin embargo, su talento para atraer la atención mediática y su capacidad para conectar con los líderes políticos continúan siendo activos valiosos en su carrera empresarial.

Adicionalmente, esta compra se produce en un momento en que Musk ha visto disminuir su fortuna personal en 132 mil millones de dólares en el último año debido a diversos desafíos empresariales, políticos y regulatorios.

A pesar de esto, su influencia en el mercado de vehículos eléctricos sigue siendo fuerte, y su relación con Trump podría ser crucial para el futuro de Tesla en Estados Unidos.

El evento de la compra fue cubierto por varios medios de comunicación, y tanto Trump como Musk compartieron sus impresiones con los reporteros presentes.

"Tenemos que celebrar a alguien que tiene el coraje de hacer esto", dijo Trump, quien no escatimó en elogios hacia Musk.

En resumen, la compra del Tesla Model S Plaid por parte de Donald Trump no solo es un reflejo de su interés en la tecnología moderna, sino que también subraya la intersección entre la política y el mundo empresarial que ha caracterizado a la administración actual.

A medida que avanza el tiempo, será interesante observar cómo esta relación entre Trump y Musk influye en el futuro de Tesla y en la percepción pública de las políticas gubernamentales relacionadas con la innovación tecnológica.

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