Un grupo de 50 cabras ha demostrado ser una alternativa eficiente y amigable para erradicar la especie invasora buckthorn en una propiedad rural de Hamilton, Canadá. Esta técnica natural ayuda a preservar el ecosistema local sin uso de herbicidas.

En los últimos años, la utilización de técnicas innovadoras y sostenibles para combatir especies invasoras ha adquirido gran relevancia en Canadá, especialmente en Ontario, donde la especie buckthorn amenaza la biodiversidad local.

Hace una semana, en una propiedad rural de Hamilton, una comunidad de 50 cabras fue la encargada de limpiar aproximadamente dos acres de bosques infestados por esta planta exótica.

Este método natural ha ganado popularidad debido a su eficiencia y al impacto positivo en el medio ambiente. Los propietarios de la propiedad, Natalie Feisthauer y su esposo Gerald Tetreault, explicaron que tradicionalmente les habría llevado semanas o incluso meses eliminar manualmente estas plantas, que crecen rápidamente, alteran la calidad del suelo, bloquean la luz solar y perjudican a las especies nativas.

Sin embargo, con la ayuda de las cabras, lograron despejar la zona en solo dos días.

Las cabras, conocidas por su carácter curioso y su voraz apetito, son consideradas ‘las mejores de todos los tiempos’ (G.O.A.T., por sus siglas en inglés) en la lucha contra plantas invasoras. La empresa ‘Goats in the City’, con sede en King City, Ontario, fue la encargada de proporcionar estos animales para el proyecto. La compañía, fundada en 2021 por Ian Matthews, tiene un total de 126 cabras que utilizan para controlar especies no deseadas en diferentes áreas.

Las cabras disfrutan especialmente comiendo buckthorn, que se asemeja a un caramelo para ellas, y su trabajo consiste en buscar estas plantas y consumirlas selectivamente, dejando en paz otras especies nativas como la asclepia, que es clave para los polinizadores.

Además, su método tiene otra ventaja ecológica: las semillas del buckthorn, que se propagan por animales que comen sus bayas, resultan dañadas durante la digestión de las cabras, evitando que germinen en nuevos lugares.

Este enfoque, que combina la acción de los animales con el entendimiento de los ecosistemas, refleja un paso hacia una gestión más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

La historia del fundador, Ian Matthews, también está marcada por sus raíces en Jamaica, donde desde niño cuidaba de cabras. Tras trasladarse a Canadá y trabajar en el sector hipotecario, encontró en la crianza de estos animales una pasión que después transformó en una innovadora forma de conservación ecológica.

El uso de cabras para el control de plantas invasoras no es solo una tendencia local, sino que ha sido adoptado en varias regiones para evitar el uso de herbicidas, que pueden dañar los suelos y afectar la fauna.

La experiencia en Hamilton demuestra que aprovechar la naturaleza puede ser una estrategia efectiva, económica y ecológica para el mantenimiento de los ecosistemas rurales y urbanos.

Este método también ayuda a prevenir incendios forestales, acumulaciones de vegetación seca que pueden propagarse rápidamente en climas secos, y contribuye a la conservación de especies nativas.

La historia de estas cabras, ahora en Hamilton, forma parte de un movimiento más amplio por gestionar de forma natural y respetuosa con el medio ambiente as especies invasoras que amenazan la biodiversidad en todo el continente.

A medida que más propietarios y autoridades consideran alternativas ecológicas, las cabras seguirán siendo protagonistas en la lucha contra las plantas invasoras, demostrando que, a veces, con un poco de ayuda de estos ‘g.O.A.t.’, la naturaleza puede curarse a sí misma.