El smartphone Trump T1 Phone 8002, presentado con fuerte énfasis en su origen estadounidense, en realidad será fabricado en China, lo que genera dudas sobre las promesas de producción local del expresidente Donald Trump.
El pasado 18 de junio de 2025, Donald Trump volvió a ser noticia con el lanzamiento de su nueva iniciativa en el sector de las telecomunicaciones, Trump Mobile, una empresa que prometía revolucionar el mercado con un smartphone etiquetado como 'Hecho en Estados Unidos'.
El dispositivo, denominado Trump T1 Phone 8002, fue presentado en un evento en la emblemática Trump Tower en Manhattan. La compañía anunció que este teléfono estaría disponible en el mercado estadounidense a finales de 2025, con un plan de suscripción mensual de aproximadamente 43 euros, siguiendo la tasa de cambio actual.
El teléfono, que destacó por su diseño moderno y sus especificaciones técnicas de alta gama, cuenta con una pantalla AMOLED de 6.8 pulgadas, una cámara trasera triple de 50 MP + 2 MP + 2 MP, y una cámara frontal de 16 MP. Además, dispone de 12 GB de RAM, 256 GB de almacenamiento interno ampliable mediante microSD, y una batería potente de 5.000 mAh con carga rápida de 20W. Todo ello en un dispositivo que costará unos 455 euros en su lanzamiento.
Sin embargo, recientes informes de medios especializados y análisis de mercado han revelado que, a pesar de las declaraciones oficiales y de las campañas de marketing que aseguraban que el Trump T1 Phone 8002 sería fabricado en Estados Unidos, la realidad es otra.
Según un informe de CNBCTV18, el teléfono será en realidad producido en China por un fabricante de diseño original (ODM), lo que significa que será ensamblado en China y no en territorio estadounidense.
El vicepresidente de la firma de análisis de datos internacionales, Data Corp, Francisco Jeronimo, afirmó que resulta imposible que un teléfono de estas características sea diseñado desde cero y completamente fabricado en Estados Unidos.
Además, citó que la mayoría de los componentes y la fabricación se realizan en China, país que domina el mercado mundial de dispositivos electrónicos de consumo.
Jeronimo sostuvo que, aunque la marca Trump intenta proyectar una imagen patriótica, en realidad el proceso de producción se realiza mayoritariamente en Asia.
Por su parte, Eric Trump, hijo del expresidente, en una entrevista en un podcast, aseguró que en futuras versiones el teléfono podría fabricarse en Estados Unidos, y resaltó que la prioridad era traer la manufactura de regreso a territorio estadounidense.
Sin embargo, expertos en la industria, como Jeff Fieldhack de Counterpoint Research, indican que esto sería difícil en el corto plazo debido a la dependencia de componentes importados y las cadenas de suministro internacionales.
Este fenómeno no es exclusivo del caso de Trump. La historia de la tecnología muestra que, aunque las campañas políticas y las promesas oficiales apunten a una producción local, la realidad del mercado global y la economía de escala hacen que la fabricación en China y otros países asiáticos siga siendo la opción más viable y rentable para la mayoría de las compañías.
En conclusión, el Trump T1 Phone 8002, que en su lanzamiento fue presentado como un símbolo de patriotismo y autosuficiencia tecnológica, en realidad seguirá los pasos de muchas otras marcas que, pese a sus discursos, producen en países con ventajas competitivas en costos y logística.
La promesa de fabricación en Estados Unidos parece, por ahora, más un mensaje de marketing que una realidad concreta, dejando en evidencia la complejidad y las dinámicas del mercado global de la electrónica de consumo.