El pasado jueves, los aficionados a la astronomía disfrutaron de la última superluna del año 2025, conocida como la 'Luna Fría' de diciembre, que llenó el cielo de un brillo intenso y sorprendió a espectadores en todo el mundo.

El pasado jueves por la noche, el cielo nocturno se iluminó con un fenómeno astronómico que emocionó a miles de observadores y aficionados a la astronomía: la última superluna de 2025, conocida como la 'Luna Fría' de diciembre, brilló con un impresionante resplandor que pudo ser observado en diferentes partes del planeta.

Este evento, que ocurre cuando la luna llena se encuentra en su punto más cercano a la Tierra, genera una percepción de luna más grande y brillante en el cielo.

La superluna de diciembre de 2025 fue especialmente notable porque marcó la tercera y última superluna del año. Desde hace siglos, estos fenómenos han sido considerados ocasiones especiales para realizar observaciones astronómicas y para la cultura popular, que los asocia con diferentes tradiciones y creencias.

La superluna de diciembre recibe además el apodo de 'Luna Fría' debido a su aparición en la temporada más fría del año en el hemisferio norte, aunque en el hemisferio sur ocurre en pleno verano.

Durante esta noche, en muchas regiones del mundo, los observadores pudieron apreciar cómo la luna se veía significativamente más grande de lo habitual.

La luna alcanza su apogeo, es decir, la menor distancia respecto a la Tierra, en sus órbitas elípticas, lo que hace que su tamaño aparente crezca apreciablemente y genere un espectáculo visual que cautiva tanto a astrónomos amateur como profesionales.

Históricamente, las superlunas han despertado interés en diversas culturas. En la antigüedad, algunos pueblos las consideraban señales de eventos importantes, como cambios climáticos o augurios. Hasta hoy, los astrónomos continúan estudiando estos fenómenos, ya que ofrecen la oportunidad de entender mejor la órbita lunar y su interacción con nuestro planeta.

Este evento se produce aproximadamente una vez cada seis meses y recibir diferentes nombres según la temporada y las tradiciones culturales. En 2025, las otras dos superlunas ocurrieron en enero y en agosto, siendo estas fechas puntos destacados en el calendario astronómico del año.

Para muchos espectadores, la visualización de esta última superluna fue una oportunidad perfecta para tomar fotografías, disfrutar del paisaje nocturno y reflexionar sobre el ciclo de las lunas y su influencia en la Tierra, desde las mareas hasta los calendarios agrícolas.

Los próximos eventos similares no se esperan hasta 2026, por lo que este fenómeno de diciembre tuvo un significado especial.

En definitiva, la superluna de 2025 dejó una huella en la memoria de quienes tuvieron la suerte de apreciarla, reforzando la fascinación que sentimos por el cosmos y recordándonos la belleza y la importancia de seguir explorando nuestro universo.