La destacada experta en exoplanetas Sara Seager retorna a Canadá tras 20 años en MIT para liderar proyectos de investigación de frontera en astronomía y biología espacial, incluyendo la búsqueda de vida en las nubes de Venus y la detección de planetas similares a la Tierra.
Después de dos décadas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la reconocida investigadora en exoplanetas Sara Seager ha decidido regresar a su Canadá natal para asumir un puesto en la Universidad de Toronto (U of T).
Esta decisión no solo representa un paso personal para ella, sino que también supone un impulso importante para la investigación astronómica en Canadá, que busca consolidarse como un centro de vanguardia en el estudio del universo.
Sara Seager, quien en 1994 obtuvo su doctorado en Harvard, ha dedicado gran parte de su carrera a la búsqueda de exoplanetas y a entender las condiciones que podrían permitir la existencia de vida en otros mundos.
Desde sus primeros descubrimientos en los años 90, cuando la ciencia había confirmado apenas la existencia de unos pocos planetas fuera de nuestro sistema solar, hasta hoy, en el que se han confirmado más de 6.300 exoplanetas, su trabajo ha sido pionero en el campo.
La vuelta de Seager a Canadá será formalizada en septiembre de 2026, al incorporarse como profesora en el Instituto Canadiense de Astrofísica Teórica (CITA).
Allí, planea desarrollar nuevos proyectos y continuar con aquellos en los que ha estado trabajando a nivel internacional. Una de sus investigaciones más ambiciosas apunta a buscar signos de vida en las nubes de Venus, un planeta que ha generado controversia desde que en 2020 se detectó fosfina en su atmósfera, una posible señal de actividad biológica.
La presencia de fosfina, un gas asociado con seres vivos en la Tierra, en las nubes venusinas despertó entusiasmo y escepticismo en la comunidad científica.
Aunque estudios posteriores cuestionaron estos hallazgos, Seager y otros investigadores siguen convencidos de la posible existencia de condiciones habitables en ciertos ambientes de Venus.
Para explorar esto, la misión Morning Star planea enviar un globo estratosférico que atravesará las nubes del planeta para recolectar muestras atmosféricas y analizarlas en busca de compuestos que indiquen vida.
Además, Seager trabaja en el proyecto Starshade, una misión que incluiría una nave equipada con un filtro de sombra para bloquear la luz de las estrellas y así detectar planetas similares a la Tierra en planetas remotos.
Aunque actualmente está en pausa, esta opción representa una de las tecnologías más prometedoras para la exploración futura.
El interés de Seager por retornar a Canadá fue potenciado por la preocupación ante la disminución en fondos para la ciencia en Estados Unidos en los últimos años, y la visión de fortalecer la investigación espacial en Canadá.
El director de CITA, Shantanu Basu, destacó que la llegada de una estrella internacional como Seager aportará un impulso significativo y fomentará una cultura de innovación y colaboración científica en el país.
Más allá de sus investigaciones sobre exoplanetas, Seager también combina disciplinas como la química orgánica y la ingeniería de aerosoles en su trabajo, buscando entender los ingredientes esenciales para la vida.
Su enfoque interdisciplinario le permite realizar predicciones sobre las atmósferas de mundos distantes y diseñar experimentos en laboratorios terrestres para simular condiciones similares.
La comunidad científica canadiense celebra su regreso, viendo en él una oportunidad para avanzar en áreas nunca antes exploradas en el país. La incorporación de Seager posiciona a Canadá como un posible protagonista en la futura exploración espacial y en la búsqueda de respuestas sobre la existencia de vida fuera de nuestro planeta.
A partir de ahora, los investigadores canadienses podrán colaborar con una de las mentes más influyentes del campo, y la población tendrá la oportunidad de seguir de cerca los avances en la exploración de otros mundos.
Cuando Seager habla de su retorno, no duda en decir que para ella no hay mayor satisfacción que volver a su tierra y contribuir desde allí al conocimiento de nuestro universo, con la esperanza de que algún día podamos encontrar un nuevo hogar en las estrellas.