Un sismo de magnitud 6,3 sacudió la provincia norteña de Balkh, cerca de Mazar-e Sharif, dejando al menos 20 muertos, cientos de heridos y daños en monumentos históricos. La comunidad internacional y las autoridades locales activan operaciones de rescate y ayuda humanitaria.
En la madrugada del lunes, la región norte de Afganistán fue sacudida por un terremoto de magnitud 6,3 en la escala de Richter, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.
El epicentro se localizó en las cercanías de la ciudad de Mazar-e Sharif, en la provincia de Balkh, a unos 28 kilómetros de profundidad, y causó la muerte de al menos 20 personas, además de dejar a cientos con heridas y daños en estructuras históricas y viviendas.
La tragedia se produce en un momento en que Afganistán enfrenta múltiples desafíos, derivados de años de conflicto, crisis humanitaria y desastres naturales.
El terremoto, considerado uno de los más fuertes en la región en los últimos años, provocó un pánico generalizado entre la población local, que en medio de la noche escuchó un estremecimiento profundo y violento.
El testimonio de algunos residentes indica que la tierra tembló durante aproximadamente 15 segundos, lo cual fue suficiente para que muchas edificaciones antiguas, entre ellas la famosa Mezquita Azul de Mazar-e Sharif, sufrieran daños.
La estructura, que data del siglo XV y es considerada uno de los símbolos religiosos más importantes del país, presentó roturas en algunas de sus partes, aunque logró mantenerse en pie.
Las autoridades afganas informaron que al menos 643 personas quedaron heridas, de las cuales 25 se encuentran en estado crítico. Tras el sismo, equipos de rescate y salud llegaron rápidamente a la zona afectada, movilizando a la policía, los bomberos y unidades médicas para atender a los heridos y buscar sobrevivientes entre los escombros.
La Fuerza Aérea militar también participó en las operaciones de búsqueda y evacuación.
El gobierno afgano ha declarado el estado de emergencia en la región afectada y ha solicitado ayuda internacional para atender a las víctimas y reconstruir los daños.
Organizaciones como la Cruz Roja Afghan y las Naciones Unidas han comenzado a desplegar recursos y personal para apoyar en las labores de rescate. La misión de la ONU en Afganistán emitió un comunicado expresando su solidaridad con las familias afectadas y prometiendo asistencia.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, anunció que su país enviará ayuda humanitaria, incluyendo medicinas, alimentos y materiales de emergencia, para apoyar a las comunidades afectadas.
Destacó que la relación entre ambos países continúa fortaleciendo su cooperación en respuesta a las emergencias.
Este sismo agrava la ya precaria situación en Afganistán, que en los últimos meses ha enfrentado fuertes sacudidas, tanto sísmicas como políticas.
En agosto pasado, un terremoto de magnitud 6,0 azotó la región sur, causando la muerte de miles de personas y dejando a muchas comunidades completamente perjudicadas.
Además, el país sufre una grave crisis económica, marcada por la escasez de alimentos, medicinas y recursos básicos, agravada por la reducción de la ayuda internacional y las sanciones económicas.
El impacto del terremoto también se dejó sentir en la infraestructura eléctrica y de comunicaciones, dejando sin luz y sin teléfono a muchas localidades.
La red eléctrica en Kabul y otras ciudades principales se vio afectada, complicando aún más las labores de rescate y asistencia.
Expertos en sismología advierten que Afganistán, puesto que está ubicado en una zona de alta actividad tectónica, continúa siendo vulnerable a futuros movimientos sísmicos.
La presencia de dos fallas activas, la falla del Hindu Kush y otras en la región, aumenta la posibilidad de nuevos eventos que puedan poner en riesgo la vida de millones.
Las autoridades llaman a la población a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de seguridad ante emergencias naturales. La comunidad internacional, por su parte, refuerza su compromiso para colaborar en la recuperación del país y minimizar el impacto de desastres futuros.