La renovación de los Jardines de Piquío en Santander sufre una ampliación en el plazo de ejecución debido a la presencia de raíces antiguas que complican los trabajos, afectando el calendario previsto y la conservación del espacio público.

Las obras de renovación y restauración de los Jardines de Piquío en Santander han experimentado un retraso en su cronograma original, tras la aprobación de una ampliación de dos meses por parte de la Junta de Gobierno Local.

La inversión municipal destinada a este proyecto, llevado a cabo por la empresa Senor, asciende aproximadamente a 1.210.000 euros (equivalentes a unos 1.360.128 dólares o 1.110.000 euros según la conversión actual).

El concejal de Fomento, Agustín Navarro, explicó que la decisión de ampliar los plazos responde a la detección de un entramado de raíces centenarias que ha dificultado la ejecución de las tareas previstas.

Este sistema de raíces se encuentra en un nivel profundo y se extiende de manera horizontal, ocupando gran parte del volumen de suelo destinado a la plantación y al tránsito de maquinaria.

La presencia de estas raíces ha obligado a modificar los procedimientos constructivos, priorizando técnicas manuales y adoptando medidas de protección específicas para conservar la flora protegida.

Presuntamente, estas raíces antiguas pertenecen a especies arbóreas que tienen un valor ecológico y paisajístico muy alto, como ejemplares de Tamarix gallica, comúnmente conocidos como tarays, que se estaban trasplantando para reforzar el carácter simbólico y ambiental de los jardines.

La dificultad en la extracción y aclimatación de estos ejemplares, además de la protección del patrimonio vegetal, ha propiciado que los trabajos tengan que realizarse con mayor cuidado y lentitud.

El retraso también se atribuye a la necesidad de realizar trabajos adicionales de jardinería, incluyendo la apertura de hoyos para nuevas palmeras, y a la protección de raíces que discurren en sentido horizontal a escasa profundidad.

Para garantizar la integridad del patrimonio vegetal y cumplir con los estándares de calidad, se ha restringido el uso de maquinaria pesada en las zonas afectadas, limitando las rutas de circulación y adoptando medidas de protección radicular.

Además, el ritmo de trabajo se ha ralentizado significativamente, sustituyendo en muchas tareas los procesos mecánicos por labores manuales.

Supuestamente, la restauración paisajística de los Jardines de Piquío, uno de los espacios públicos más emblemáticos de Santander, ha sido compleja desde el inicio.

La planificación ha incluido la evaluación y trasplante de especies de gran porte y alto valor ornamental, lo que ha requerido coordinar esfuerzos con otras áreas municipales y especialistas en jardinería y conservación del arbolado.

En este sentido, Navarro resaltó que la ampliación del plazo es necesaria para asegurar que los trabajos se realicen correctamente, sin comprometer el valor histórico, paisajístico y ecológico de estos jardines.

La intención es que, a pesar de los retrasos, el espacio pueda volver a ser un referente en la ciudad, preservando su carácter simbólico y su función como pulmón verde.

Este proyecto, que forma parte de las iniciativas para mejorar la infraestructura y la calidad del entorno urbano en Santander, también contempla la implementación de medidas para la protección de especies y la recuperación de espacios verdes en otros puntos del municipio.

La historia de los Jardines de Piquío, que data del siglo XIX, refleja la importancia de conservar y adaptar espacios históricos en medio de las necesidades actuales, en un contexto donde la protección del medio ambiente y la conservación del patrimonio natural adquieren cada vez mayor relevancia.