La presidenta Claudia Sheinbaum expuso los principales objetivos del nuevo Plan México, que busca potenciar el crecimiento interno, fortalecer la soberanía y reducir la dependencia de importaciones mediante una serie de acciones estratégicas y proyectos en infraestructura, energía y vivienda.

En un acto que reunió a empresarios y expertos de 17 países, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó oficialmente el llamado Plan México, una iniciativa que busca transformar y modernizar el país en múltiples aspectos económicos y sociales.

Presuntamente, este plan representa una de las propuestas más ambiciosas en la historia reciente del país, con un enfoque en fortalecer el mercado interno, aumentar los salarios, promover la inversión pública y privada, y reducir la dependencia de productos importados, especialmente con países con los que México no tiene tratados de libre comercio.

Supuestamente, uno de los objetivos principales del Plan es incrementar la soberanía alimentaria y energética, así como potenciar la producción nacional.

Para ello, se proyecta una inversión en infraestructura que incluye la expansión de la red ferroviaria, carreteras, aeropuertos y puertos, con una inversión estimada en unos 28.000 millones de euros, que serían destinados a mejorar la conectividad del país en todas sus regiones.

En materia energética, el plan contempla que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) genere alrededor de 30.000 megavatios, lo que presuntamente contribuirá a estabilizar los precios de la electricidad y garantizar un suministro más eficiente. Además, se prevé el desarrollo de unos 180 proyectos de transmisión y la implementación de nuevas tecnologías en gas natural y energías renovables.

Otra pieza clave del Plan es la inversión en vivienda social, proyectando la construcción de aproximadamente 2,4 millones de viviendas en los próximos seis años, destinando unos 40.000 millones de euros. Este esfuerzo también incluye la creación de 250.000 nuevos espacios en educación media superior y 400.000 en educación superior, buscando reducir las desigualdades en el acceso a la educación.

Supuestamente, también se han diseñado incentivos económicos para incentivar el desarrollo regional mediante la creación de 26 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (PODECOBI), distribuidos en todo el país, especialmente en las regiones del sur y sureste.

Estos polos pretenden atraer inversión y generar empleo en zonas tradicionalmente marginadas.

En el aspecto de innovación, el gobierno de Sheinbaum anunció que próximamente se lanzará el proyecto “México, país de innovación”, que se basa en cuatro ejes fundamentales: primero, la formación científica, técnica y humanista desde la niñez hasta la educación superior; segundo, la creación de una Banca de Desarrollo que financie a pequeñas y medianas empresas para fomentar la innovación; tercero, la consolidación de servicios de ingeniería; y cuarto, la creación de un Laboratorio Nacional de Inteligencia Artificial, presuntamente para impulsar el uso de estas tecnologías tanto en el sector público como en la iniciativa privada.

El plan también contempla acciones concretas en otros ámbitos, como la tecnificación del riego agrícola, la inversión en proyectos hídricos, y la digitalización de trámites para reducir en al menos un 50% los procesos burocráticos.

La presidenta resaltó que estas acciones están alineadas con el compromiso de México de convertirse en una economía más competitiva y sustentable.

Supuestamente, la estrategia ha sido bien recibida por parte del sector empresarial y la comunidad internacional, quienes ven en ella una oportunidad para potenciar el crecimiento y la soberanía del país.

Se espera que en las próximas semanas se presenten detalles adicionales y se inicien los procesos de implementación de estos proyectos, que presuntamente marcarán un antes y un después en la historia de México.